EL PAíS › TODOS JUNTOS, PERO SIN EL BOMBO

Quindimil y Tula

 Por Martín Piqué

Tras su derrota ante Darío Díaz Pérez por el municipio de Lanús, el veterano Manuel Quindimil perdió el título que siempre le dedicaban sus pares del conurbano. “Decano de los intendentes”, lo llamaban cada vez que debían presentarlo. Los antecedentes hacían pensar que el eterno Manolo (83 años) quedaría excluido de las primeras filas del congreso provincial del PJ. Hasta se pensaba que podría faltar. Pero Quindimil apareció en el polideportivo de Caseros. Con un saco de verano color crema, su bigote de siempre y un grupo mínimo de colaboradores. Se sentó en segunda fila y esperó. Estar en segundo plano ya significaba un cambio de época: mientras Quindimil estuvo al frente del municipio de Lanús, los congresos partidarios se organizaban en su pago chico. La costumbre se terminó ayer.

Hugo Curto se encargó de hacerle un pequeño homenaje. “Muchos creían que no iba a estar presente. Es un compañero peronista”, lo elogió para que la multitud lo ovacionara. Quindimil también tuvo muestras de afecto cuando se iba del acto: Graciela Giannettasio y Felipe Solá lo saludaron mientras caminaba por la calle. Allí lo encontró Página/12.

–¿Cómo sigue su vida tras la derrota?

–Un peronista no solamente mantiene sus ideas y defiende las banderas de Perón y Evita cuando gana sino también cuando pierde; hay que defender la doctrina. Yo conocí a Perón y Eva con 25 años, ahí comencé mi camino.

Muchos consideran a Quindimil un icono del peronismo. Es una definición que también le calza al famoso Tula. Ayer ambos coincidieron en el congreso provincial del peronismo: Quindimil ya no era intendente en ejercicio, el bombista más conocido del peronismo no llevaba su inseparable bombo con calcomanías de todo el mundo. Eso sí, vestía una camisa hawaiana azul y unas zapatillas Topper celestes.

–¿Por qué no trajiste el bombo? –le preguntó Página/12 a Tula.

–Me dijeron que no lo traiga. Hablé con Díaz Bancalari y Lorenzo Pepe. No querían el bombo. Pero vamos a cantar la marchita.

Quindimil fuera del gobierno, Tula sin bombo. ¿Será un prólogo del partido moderno y aggiornado que pretende construir Kirchner?

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