ESPECTáCULOS › “HABLE CON ELLA”, EL NUEVO FILM DE PEDRO ALMODOVAR

El amor perfecto no existe

La renovación de la cartelera porteña de cine presenta uno de los más sombríos y maduros films de Pedro Almodóvar, una producción israelífrancesa dirigida por un georgiano que seguramente dividirá opiniones y un documental argentino (ver página siguiente) sobre las resistencias armadas del peronismo.

 Por Martín Pérez

Un telón se abre; una película comienza. Sobre un escenario lleno de sillas y mesas, dos mujeres danzan con los ojos cerrados. Un hombre las acompaña, apartando sillas y mesas de su camino a los manotazos. Un espectador llora y otro lo mira llorar. El primer espectador es periodista y, al salir del teatro, verá un programa de televisión en que una torera se rehúsa a hablar de su vida privada. Se propondrá hacerle una entrevista. El segundo espectador es un enfermero y le hablará de la obra y del llanto del otro a la enferma a su cuidado, que no puede salir de su letargo o siquiera escuchar al enfermero contarle nada, porque está en coma, irrecuperablemente. O, al menos, eso dice la ciencia. Lo que no dice la ciencia es que periodista y enfermero volverán a encontrarse, esta vez en la clínica en que trabaja el enfermero, cada uno con una paciente a su cuidado. El periodista se ha enamorado de la torera, que queda en coma después de ser pasada por encima por un toro bravísimo.
Primer paso de Pedro Almodóvar desde aquel salto hacia adelante que fue el Oscar por Todo sobre mi madre, Hable con ella es un film que repasa tan minuciosamente su iconografía que por momentos parece un auto homenaje. Un homenaje que al mismo tiempo parece estar despidiendo a aquel director punk, guarro y divertido de los inicios para dar paso a un director adulto y maduro, devoto de la alta costura y la alta cultura. Pero si ese “parece” esta ahí es porque, detrás de tanta alharaca, Almodóvar no puede dejar de ser el de siempre. Un director que puede burlarse en un diálogo anticlerical de lo que parece ser la costumbre eclesiástica de violar a las monjas, para terminar poniendo en el centro de su film a un héroe bizarro, querible y al mismo tiempo peligroso.
Hable con ella es el consejo que Benigno (el enfermero encarnado magistralmente por Javier Cámara), le ofrece a Marco (el periodista interpretado por Darío Grandinetti) cuando se vuelven a encontrar. Benigno feliz al lado de su adorada Alicia, con la que no deja de hablar todo el tiempo aunque ella no puede contestarle, y Marco atrapado en silencio junto al amor trágico de Lydia, la mujer torero encarnada por la cantante Rosario Flores. Con las asombrosas casualidades propias de las historias de Almodóvar en acción durante toda la trama, Hable con ella es un film aparentemente inmóvil como el coma de sus protagonistas femeninas. Y que sin embargo está milagrosamente vivo, a pesar de lo que diga la ciencia médica. Un film en el que Benigno dialoga sin contraplanos porque lo hace sin esperar respuestas, un film centrado en los detalles, basado en unas limitaciones y un peso estético que parece estar ahí para tratar de acallar el clásico drama freak marca Almodóvar. Que es tan potente que soporta todo eso y más, sin jamás perder su fuerza dramática. Por encima entonces de la historia de Benigno y Marco, y la de todas las parejas que se construyen narrativamente durante el estricto devenir del film, aparecen todos los caprichos posibles del nuevo Almodóvar. Como el de sentar a Caetano Veloso a cantar “Curucucú Paloma”, en un plano que presenta entre su público algunos rostros de su cine, entre ellos Cecilia Roth, allí sólo para eso. O sino el de dejar aparecer a Chus Lampreave en el papel de portera molesta, con un hilarante monólogo sobre el estado de “masa-media” propio de la primera época de su cine. Y especialmente la película muda que funciona como disparador del drama, titulada ‘El Hombre Menguante’, que logra llevar a la pantalla lo que muchos surrealistas habrán imaginado más de una vez.
De la misma manera que en los comienzos de su cine la puesta en escena mandaba casi tanto como la historia, Hable con ella vive en los detalles, en los retruécanos, en las dudas o titubeo de los personajes. Al margen del protagónico de Grandinetti, puede afirmarse que Hable con ella gira en torno de Benigno, un freak sentimental de los que el cine de Almodóvar tanto conoce desde los comienzos, que le sirve para avisar que lo que más importa no son precisamente las apariencias. O sea: que ni los andrajos de los comienzos, ni los Armani de hoy en día pueden ofrecer datos definitivos sobre su obra. Que su obra son las historias, sufridas, trágicas y vivas, a pesar de todas las lápidas que pongan sobre ellas.

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Un periodista y un enfermero son los personajes centrales del film.
Ambos están irremediablemente enamorados de dos mujeres en coma.
 
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