ESPECTáCULOS

“Este es un momento para hacer un repaso y mirar hacia atrás”

La agrupación Cuatro Vientos celebra sus quince años con un show en el que recorre diferentes espectáculos de su historia. “Nunca tuvimos la preocupación de durar”, coinciden los saxofonistas.

 Por Karina Micheletto

“Conseguimos los vestiditos de quince, pero a algunos no les entraban. Además, a mí me querían afeitar los bigotes: no trancé”, dice con seriedad Julio Martínez. Los bocadillos que el músico seguirá intercalando a lo largo de la entrevista, sin que se le mueva un músculo de la cara, tienen que ver con los quince años de vida que por estos días está cumpliendo el grupo Cuatro Vientos. Los cuatro saxos (Julio Martínez, saxo barítono y clarinete; Jorge Polanuer, saxo tenor y flauta traversa; Diego Maurizi, saxo alto y clarinete; Leo Heras, soprano y clarinete) decidieron festejar con una obra en la que repasan diferentes espectáculos de su historia. La nueva obra, que se presenta los jueves, viernes y sábados en el teatro Regina, fue titulada, sin rodeos metafóricos, 15 años.
“Esto no es un rejunte”, se apuran a aclarar los músicos. “Armamos un especial con todas las de la ley.” Dirigido por el integrante de Los Prepu Pepo Sanzano, el espectáculo tiene como maestro de ceremonias a otro “Prepu”, Daniel Campomenosi. El es el encargado de ir encadenando los momentos fundamentales en la historia de Cuatro Vientos, en base a anécdotas que los saxofonistas le fueron contando. “Es un maestro de ceremonias un poco envidioso, que no nos quiere tomar en serio. Entonces hace hincapié, por ejemplo, en todos los primeros certámenes en los que salimos segundos”, explican los músicos. En el foyer del teatro hay pantallas que proyectan algunos momentos históricos que quedaron filmados. Como el día en que, en plena función de La tempestad en el teatro San Martín, una espada de fuego prendió fuego de verdad el escenario y los cuatro tuvieron que llamar a los bomberos, sin perder del todo el personaje. O el día en que uno de ellos se cayó, literalmente, de la palmera del decorado.
Individualmente, los Cuatro Vientos integraron diferentes orquestas sinfónicas, grupos de rock y de jazz, como la Orquesta Nacional de Tango Juan de Dios Filiberto, la Santa María Jazz Band y la banda de Andrés Calamaro y de Los Abuelos de la Nada en el caso de Polauner. Cuando Cuatro Vientos se juntó –no todos los integrantes actuales estaban originalmente– comenzó como una propuesta para chicos. Hasta que descubrieron que, en las butacas, los padres se reían tanto o más que los hijos. Así fueron moldeando diferentes espectáculos, con mayor o menor despliegue coreográfico, más o menos humorísticos, algunos más musicales, otros más teatrales, algunos más para grandes, otros pensados para los chicos, aunque, en general, los shows apuntan a “todo público”. A modo de muestra y, también, de repaso histórico, en la nueva obra el grupo intercala fragmentos de Soplando una historia a los cuatro vientos, El saxo mágico, Música pa’ tirar al techo, La tempestad, Alma de saxofón y Pobrecitos los tramposos.
–¿Se imaginaban que iban a durar quince años?
Julio Martínez: –La verdad, no. En realidad, nunca tuvimos la preocupación de “durar”. Más bien fuimos haciendo el camino. Pero es verdad que siempre tuvimos otras cosas, cada uno por su lado, y nunca pensamos que íbamos a dedicar la mayor energía a Cuatro Vientos.
–¿Qué momento especial rescatarían de toda la historia del grupo?
Leo Heras: –Yo creo que nos quedamos con el hoy. Suena a frase hecha, pero es así. Este es un momento en que podemos hacer un repaso, mirar hacia atrás y ver todas las cosas por las que pasamos, lo que nos costó, los conflictos que tuvimos, la gente que se fue del grupo, los que vinieron... Es valioso haber decidido seguir pese a todo eso. Hoy sentimos que Cuatro Vientos va a seguir más allá de sus integrantes, porque el proyecto nos trasciende a todos.
Diego Maurizi: –La verdad es que permanecer quince años en la Argentina con un grupo en el que sos feliz tocando, y que además te permite trabajar y tener un ingreso económico, es algo que tenemos que agradecer. Y que no hicimos solos: hubo mucha gente con la que compartimos cosas de una u otra manera: Les Luthiers, Opus Cuatro, muchos. Por eso en este show pusimos en el hall unas listas de agradecimiento enormes, con todos los que nos acompañaron en estos quince años.
–La propuesta de Cuatro Vientos es muy amplia, y se hace complicado encasillarla. ¿Tienen problemas con eso?
Jorge Polauner: –El problema lo tienen los dueños de las disquerías, que no saben si poner nuestros discos en jazz, pop, infantil, música ambiente... No nos importa que no puedan encasillarnos. En todo caso, los que tienen que arreglárselas son ellos. Nosotros, en cambio, nos preocupamos por hacer música con cuatro saxos: eso es todo.

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Los Cuatro Vientos empezaron como una banda para chicos y hoy hacen shows para todo público.
 
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