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Hoy, a las 10 de la mañana, hará pie en la cima del volcán bonaerense el nuevo ministro de Seguridad provincial. A esa hora, Raúl Rivara, hasta ayer ministro de Infraestructura bonaerense, asumirá el cargo en reemplazo de Juan José Alvarez, quien ayer juró como diputado nacional. Las dudas sobre la composición de su gabinete quedaron resueltas ayer. “Confirmó al equipo que había designado Alvarez –reveló una fuente oficial, y remató–. Por ahora.” Esas confirmaciones, por ahora, indican que quedó trunca la designación de una segunda línea, por debajo de Rivara, compuesta por integrantes del equipo de León Arslanian. Página/12 pudo confirmar que no sólo quedó trunca, sino que hay un largo trecho para que exista alguna posibilidad de concretarse. También pudo comprobar que el nombramiento de los hombres de Arslanian era visto con más que simpatía por el gobierno nacional. Pero hoy, al asumir Rivara, hay más que sospechas de que la anunciada continuidad de la reforma policial, iniciada por Arslanian en 1998 y trunca por Carlos Ruckauf, por ahora no será de la partida.
Cuando Felipe Solá anunció que su nuevo ministro de Seguridad sería Raúl Rivara, no sólo sorprendió al propio Rivara. Hombre de su estrecha confianza, como casi la totalidad del resto de su nuevo gabinete, el hasta ayer ministro de Infraestructura no sólo no es especialista en seguridad sino que él mismo lo admitió elípticamente al ser consultado por el periodismo. “Ser experto no asegura el éxito”, dijo.
A partir de sus declaraciones y de su historial, la sorpresa de su designación fue seguida, durante todo el día de ayer, por hipótesis y versiones de quiénes lo secundarían como expertos en la materia. Como asesor directo de Rivara, se mencionó a León Arslanian, ex ministro de Justicia y Seguridad bonaerense y responsable de iniciar la reforma policial, y al menos a Carlos Beraldi, ex viceministro de Arslanian como secretario del área (también se había mencionado a Domingo Marino, actual director de Política Criminal nacional). De ese modo, se suponía que Solá garantizaba una línea de alta confianza en la cabeza del ministerio que controla a la Bonaerense y un equipo de expertos para trabajar sobre la continuidad de la reforma.
El gobierno nacional, decidido a resolver el problema de la Bonaerense, no sólo vio con buenos ojos sino que respaldó enfáticamente la participación de Arslanian. Pero nada de lo previsto ocurrió. Cuando ya se rumoreaba el retiro de Juan José Alvarez, Felipe Solá llamó a Arslanian para consultarlo sobre qué nombres podía sugerirle para el reemplazo. Arslanian pidió 48 para responder. “Pensé en algunos nombres, pero después él cambió de opinión y nombró a esta persona”, relató ayer Arslanian, en declaraciones radiales. Fuentes gubernamentales confiaron a Página/12: “O no se hicieron ofrecimientos a Arslanian o Arslanian no los aceptó”.
Hoy asumirá Rivara, a las 10 de la mañana. Para secundarlo, confirmó a Diego Gorgal y Enrique Salzmann, designados por Juan José Alvarez en un aparente intento de ganar tiempo. El tembladeral no resuelto con la designación de Rivara fue descrito gráficamente por un especialista en seguridad: “Para reformar la Bonaerense se necesitan expertos que sepan al detalle qué van a hacer y con quién se van a enfrentar. La idea que hoy tienen de la seguridad en la provincia parece medio naïf. Es como poner a un tipo con registro de conductor a pilotear un submarino y le dijeran ‘arreglate con el manual’”.