ESPECTáCULOS

Los films de una era de piquetes y cacerolazos

Desde hoy y durante cinco semanas, el ciclo “El cine que surge de las luchas” presentará películas que retratan las luchas populares, desde comienzos de los ‘90 hasta el último y convulsionado diciembre.

Por O. R.

El cine político militante argentino atravesó un período efervescencia en el 60 y ‘70, cuando era considerado tanto una herramienta para la transformación social como una vía alternativa frente a la industria cultural. El ciclo “El cine que surge de las luchas” permitirá conectar al público con recientes producciones de contenido político que mantienen la vitalidad ideológica de aquella mítica cantera de la que emergieron obras como La hora de los hornos. Desde hoy a las 19 y durante cinco martes consecutivos, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA (Franklin 54) se proyectarán quince films que marcaron la impronta de las luchas sociales de los ‘90 hasta estos días. El ciclo gratuito fue organizado por la Dirección de Cultura de la Facultad conjuntamente con la Carrera de Ciencias de la Comunicación, el Nuevo Centro de Estudiantes y el Grupo de Cine Insurgente.
Diablo, familia y propiedad, la producción del Grupo de Cine Insurgente estrenada en 1999, es una de las principales atracciones del ciclo. A través de una metáfora construida con la figura de Satanás, la película denuncia la explotación de los obreros de la zafra en el Ingenio Ledesma de Jujuy, y establece un recorrido por la historia de las luchas obreras del siglo XX hasta los cortes de ruta iniciados en 1997. Su director, Fernando Krichmar, pertenece al grupo de Cine Insurgente creado en 1997 a raíz de otra película que podrá verse en el auditorio de Sociales: La resistencia. “Es una crónica de los primeros cortes de ruta en La Matanza durante ese año”, comenta Krichmar. “Recién constituida la Alianza, la CGT convocó a un paro y los vecinos del municipio se movilizaron a la ruta 3 y por primera vez produjeron un corte en la zona”.
Las madres en la rebelión popular es un mediometraje reciente del Grupo de Cine Insurgente que “muestra el protagonismo de las Madres de Plaza de Mayo durante los sucesos del 19 y 20 de diciembre”, apunta Krichmar refiriéndose a los acontecimientos que desembocaron en la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. “Tiene imágenes originales que no han salido en televisión”, explica su director. Otros films sobre esos convulsionados días de diciembre son Por un nuevo cine en un nuevo país y El argentinazo y asambleas populares. El primero fue realizado por la Asociación de Documentalistas (ADOC) que se formó en agosto de 2001, y que hoy está integrada por unos 200 miembros que trabajan en forma independiente con cámaras en la calle. El argentinazo y asambleas populares es una realización colectiva del Grupo Ojo Obrero, cuyos miembros son egresados de la Carrera Diseño e Imagen de Sonido de la UBA: a través de la producción de materiales de distribución alternativa, se proponen “colectivizar las experiencias de lucha”, tal como indica Hernán Martín, uno de sus integrantes. La idea de la película “fue mostrar lo que sucedió en esas jornadas pero desde un punto de vista contrario a lo que se suele ver por televisión, ya que nosotros nos ubicamos con las cámaras del lado de la lucha, es decir, detrás de la gente que tira piedras. No del lado de la policía”, enfatiza el cineasta.
El largometraje Matanza pertenece al Grupo Primero de Mayo y relata “la organización de los desocupados de la Corriente Clasista y Combativa de ese partido del conurbano”, explica Rubén Delgado, uno de sus directores. “La protagonista del film es una familia que narra, a través de su vida cotidiana, cómo fueron luchando por su salud, trabajo, educación y tierra. A través de esta familia vamos contando cómo se organizan ellos y todas las familias del Barrio María Elena”.
Hasta donde dea del Grupo de Video y Adoquín cuenta la historia de una de los máximos símbolos de los desocupados: Emilio Alí. Uno de sus directores, Pablo Navarro Espejo, comenta que “en la Semana Santa de 2000 fuimos a filmar con motivo del corte de la ruta 88, y el material se transformó en una de las primeras películas que cuenta un piquete desde adentro. La cámara corta la ruta, participa de las negociaciones y de lasasambleas previas al corte”, recuerda el cineasta. “Salimos de ahí con un material muy lindo y en el camino, antes de editar, Emilio cayó preso. Entonces, ese video se transformó en una herramienta decisiva en la lucha por su libertad”.

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“Diablo, familia y propiedad”, una denuncia sobre la zafra jujeña.
 
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