ESPECTáCULOS › ENTREVISTA CON EL DIRECTOR GERMANO-TURCO FATIH AKIN

“La tragedia es más dolorosa

La multipremiada Contra la pared lo consagró en toda Europa.

Por Feridun Zaimoglu *
Desde Hamburgo

Desde que se llevó el Oso de Oro de la Berlinale en febrero del 2004, Contra la pared, cuarto largometraje del director Fatih Akin, no paró de ganar premios: el European Film Award a la mejor película del año, el Goya de la Academia del Cine Español al mejor film extranjero y los premios a la mejor película, director, actor y actriz de los German Awards, todo un logro considerando que la mitad de la película está hablada en... turco. Es que con películas como Rápido y sin dolor y En julio, Akin (Hamburgo, 1973) se convirtió en una de las promesas más firmes del cine alemán. Y también del cine turco, considerando que su obra gira siempre alrededor de la cultura del exilio de las distintas generaciones de turcos que, como él, nacieron en Alemania. Las promesas de sus primeros films cristalizaron en Contra la pared, su realización más intensa y ambiciosa, que se estrena mañana en la Argentina.
–¿Cómo vio la luz un film como éste? ¿De dónde sale toda esta historia desquiciada que cuenta?
–Esta película estuvo conmigo durante mucho, mucho tiempo. Una vez tuve una novia turca que me preguntó si estaría dispuesto a celebrar con ella un matrimonio ficticio, por pura necesidad. Le dije que no, pero la idea no me abandonaría nunca. Siempre pensé que sería un argumento fantástico. En la primera versión que escribí, hace años, era una comedia. El punto de partida es de una comedia clásica. Después entró en mi vida Birol Ünel, un tipo completamente fascinante, que resultó fundamental para la construcción del personaje de Cahit, y una enorme fuente de inspiración para todo el desarrollo del film. El tercer elemento fue el cine turco, y la ciudad de Estambul. Empecé a pasar cada vez más tiempo en Estambul, conocí otra gente, descubrí lugares que no conocía, la música... El cine turco produjo en los últimos tiempos verdaderas obras maestras virtualmente desconocidas, donde la comedia y la tragedia son las dos caras de la misma moneda. La tragedia es mucho más dolorosa cuando la comedia la atraviesa. También me fascinaron las chicas turcas que andan por aquí. Me parecen mucho más atractivas que las alemanas. Y me puse a pensar cómo funcionaría una amalgama de todo eso, con la tradición acechando de un lado y del otro...
–En muchas películas alemanas las actrices tienen un atractivo, digamos, accesible; de esos que parecen aptos para narrar una típica historia de amor. Con esta película tuve la impresión opuesta; que la actriz tiene una presencia muy fuerte, agresiva. Lo que quisiera saber es de dónde salió esta actriz. Da la impresión de que no está actuando, que su presencia excede la ficción.
–Encontrar a Sibel Kekilli no fue nada fácil. Tenía que dar con una mujer con agallas suficientes como para confrontarse verosímilmente con el excéntrico Birol, que tuviera la misma potencia que tiene él y una capacidad actoral cuando menos equivalente. Simplemente, era como buscar una aguja en un pajar. Cuando nos dimos cuenta de que no íbamos a encontrar ninguna actriz de tales características, empezamos a buscar mujeres por la calle. Sibel fue una de esas desconocidas. La invitamos a sesiones de casting con otras 350 candidatas, y ella pudo con todas. Nos hizo sentir que iba a poder con Birol y que tenía la suficiente ambición de querer lograrlo. Muy al comienzo nos dijo: “Si me decido a hacer algo, es porque sé que lo voy a hacer bien”. Yo pensé: “Sí, claro; hablar es fácil. Es pura pose”. Hoy debo decir que no fue nada de “pura pose”. Fue perfecta, de punta a punta. Siempre dije que ella es un enviado de Dios; así es como la veo.
–El film es una loca historia de amor pero, apenas digo esto, me parece muy escasa como definición. Es bastante más que eso. Me pregunto por qué siento como si me hubiera envenenado. ¿Es una simple historia de amor, un film típicamente turco, un film punk? ¿Es un film que trata de advertir que, frente a todas las infinitas desventuras de este mundo, la única verdadera alternativa es el amor?
–La película es mi interpretación del bien y el mal. Hay mucha gente que cree tener la capacidad y el derecho de decirnos qué está bien y qué está mal, especialmente en lo que hace a la religión. Y eso me lleva a pensar que es el individuo quien debe preguntarse cuándo algo es verdaderamente bueno y cuándo es verdaderamente maligno. El amor tiene siempre dos caras. Cada forma de energía tiene algo positivo y también algo negativo. Si no fuera así, no habría guerras. Para mí, la guerra nunca tiene sentido. Pero si hubiera alguna guerra que tuviera sentido, ésa sería la guerra del amor. Esto puede sonar edulcorado, pero realmente lo creo así. El amor es una fuerza poderosa que de repente llega a nuestra vida, y el film es sobre esa fuerza. Por eso sí es una historia de amor.
–La película no tiene final feliz. ¿Por qué?
–Debe haber más o menos cincuenta razones por las que Sibel finalmente decide no irse con Cahit. De haber resuelto en el final que Sibel se queda con él, no hubiera sido honesto. Para Sibel la guerra, “su” guerra, ha terminado. Ahora quiere vivir en paz. Ya sufrió su castigo. Dios la ha castigado, pero ha podido sobrevivir. Ahora es de los que piensan que quizá la razón es más saludable que la pasión. A veces hay que aceptar ciertos límites. A veces, dejarse llevar por la pasión no es lo mejor.
–El derrotero del film parece poner a los personajes a merced de fuerzas oscuras, atávicas. ¿Cómo definiría lo que deben enfrentar? Para vivir una verdadera vida, ¿es inevitable tener que atravesar el infierno? ¿Cómo es el amor para ellos? ¿Cómo se desarrolla?
–Ambos comienzan siendo cada uno un “yo” y luego se fusionan en un “nosotros”. Y aunque éste es un “nosotros” violento, puede resultar en última instancia salvador, porque juntos ya no tienen esa suerte de deseo de muerte que los acompaña a ambos desde el arranque de la película. Se dan fuerzas mutuamente, aunque finalmente se separan y cada uno vuelve a ser “yo”. Pero serán un “yo” transformado. Es la transformación que impone la experiencia. Es la vida misma. Un segmento de su biografía. Mi preocupación principal era que la dramaturgia del film fuera una consecuencia, y no la causa, del desenvolvimiento de los personajes. No quería caer en la curva de tensión clásica con los obstáculos habituales. Por eso rodamos cronológicamente, para darles a los actores una progresión emocional lógica.
–¿Cómo se sigue después de un film como éste? Usted no es de los que desaparecen durante meses. Y ahora, ¿qué?
–Contra la pared fue la más agotadora de todas las películas que he hecho. Es la primera vez que concluyo una película sin tener ya un nuevo proyecto y fue porque tuve que poner toda mi concentración y energía en la película. Pero hay una razón muy pragmática para no tomarme un descanso ahora: no tengo un centavo. De manera que empecé a trabajar inmediatamente en tres o cuatro nuevos proyectos al mismo tiempo. Y he fundado mi propia productora, con la cual pretendo forjarme una decente infraestructura, porque tener infraestructura es tener independencia, libertad, para mis futuras producciones. Mi próximo film será mucho más chico, menos salvaje, más inofensivo si se quiere. Hubiera sido muy peligroso doblar la apuesta después de una película como Contra la pared. A la vez, no puedo dormirme en los laureles. Sería fatal.

* Escritor y pintor turco-germano. Su novela Abschaum fue adaptada a la pantalla grande con el título de Kanak Attak y el film tuvo un gran éxito en Alemania. Zaimoglu además es una personalidad muy importante en su condición de vocero de la población turco-germana de Alemania.

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A los treinta años, Fatih Akin se convirtió en un referente del cine alemán.
 
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