ESPECTáCULOS › “BAJO AMENAZA”, DE FLORENT EMILIO SIRI

Bruce transpira las últimas gotas como héroe de acción

En otra entrega del ya poblado subgénero “films de secuestro”, Willis hace uso de los recursos adoptados desde Duro de matar.

 Por H. B.

Viejo, gastado, con larga barba llena de canas y camisa grunge: así se lo ve a Bruce Willis en la primera escena de Bajo amenaza, cuando en su rol de negociador policial tiene que impedir, contra reloj, que un tipo totalmente brotado consume una masacre familiar. Totalmente calvo, en camiseta y con musculitos a la vista: así aparece en el resto de la película, cuando –¡esas simetrías del cine!– debe rescatar a los miembros de una familia, a los que una pandillita juvenil secuestró en su propia casa fortificada.
La primera imagen es sorprendente y hasta shockeante: es como si esta superestrella de Hollywood hubiera decidido asumir la edad que tiene (cumplió 50 hace unos meses) a la vista de todo el mundo. Pero, como si se hubiera arrepentido, de inmediato recurre a la operación contraria, volviendo a calzarse, por el resto del metraje, la máscara Willis, la del rapado héroe de acción, que es la que luce desde Duro de matar en adelante. Con lo cual el Bruce Willis “real” (con todas las comillas del caso) queda como espejismo. Y el que se impone, o al menos lo intenta, es el Bruce Willis de la ficción. Producida por él mismo y dirigida por el francés Florent Emilio Siri (segundo director galo que ingresa a Hollywood después de Jean-François Richet, que viene de dirigir la remake de Asalto al precinto 13), ése es justamente el objetivo de Bajo amenaza: resucitar al hombre de la sonrisa canchera como action hero, cuando ya le van quedando pocos cartuchos para quemar.
Nueva entrega del poblado subgénero “películas de secuestro”, durante su primer tercio Bajo amenaza hace crecer la tensión y la adrenalina. Pero de a poquito va cayendo bajo el peso de situaciones y personajes-macchietta, hasta derivar en el más risible de los ridículos. Con tendencia a engordar, el guión suma tramas y subtramas. Al trauma inicial que el policía deberá superar y la situación misma del encierro, se le agrega el detalle de que el dueño de casa resulta ser un contador de la mafia, con un diskette incriminatorio escondido en algún rincón de su casa-fuerte. Sobre todo eso se apila un segundo secuestro: el de esposa e hija del protagonista, en el que tal vez podría estar implicado el mismísimo FBI. Lo cual obliga a Bruce a ir al rescate de su familia, justo cuando ésta se estaba yendo a pique.
Siri no parece tener mal pulso para la acción, pero entre la espantosa (y transpiradísima) sobreactuación del líder de los juveniles delinquants y la forma en que está pintado uno de sus cómplices, todo se va yendo indefectiblemente al demonio. Ese secuaz es de no creer: no sólo se revela como asesino de sangre más fría que una serpiente de cascabel, sino que el consumo de marihuana lo convierte en una verdadera bestia, sedienta de sangre. ¡Hasta que termina teniendo cualidades casi sobrenaturales! Tal vez sea resultado de la ingesta de esa yerba mágica, que vaya a saber dónde tuvo la fortuna de adquirir.


5-BAJO AMENAZA
Hostage EE.UU., 2005.
Dirección: Florent Emilio Siri.
Guión: Doug Richardson.
Intérpretes: Bruce Willis, Kevin Pollak, Ben Foster, Michelle Horn, Jimmy Bennett y Rumer Willis.

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Bajo amenaza arranca bien, pero abunda en estereotipos.
 
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