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Esta desgracia de Cromañón puso las cosas en su lugar. Casi ningún teatro tiene habilitación, y algunos no porque no la hayan pedido. Nosotros la obtuvimos para Andamio ’90 cuando terminamos de construirlo en 1992. Y ahí quedó. Por mis problemas de salud no voy a las reuniones con los funcionarios, pero sé que la gente de teatro independiente acordó con el secretario de Cultura, Gustavo López, redactar una normativa. Esto es importante para entendernos y cumplir con lo que debe ser. No es fácil para nosotros defender la situación de algunas salas, y no hay por qué callarlo. Los espectadores se habrán preguntado alguna vez por dónde escapar si se produce un incendio. ¿Por qué llegamos a esto? No se entiende, porque cuando vemos a Bomberos hacer una inspección en serio no es fácil pasar la prueba. Pero también es cierto que muchas veces ellos, aunque quieran hacer las cosas bien, no saben a qué norma atenerse. Ahora estamos en pleno quilombo, y lo que sucedió en Cromañón es demasiado doloroso. Los que integramos el MATe (Movimiento de Apoyo al Teatro) participamos con un delegado en la comisión. Ya se pidió una ordenanza en firme. Conozco a algunos artistas que fueron hasta cinco y seis veces a pedir la habilitación para su sala y nunca obtuvieron respuesta. Esta va a ser una larga lucha, como siempre. Para los peces gordos del espectáculo todo se soluciona rápido, porque si hay demora terminan “arreglando”. Por eso, los que estamos en contra de la coima tenemos que pelear para que haya reglas claras, y ayuda cuando es necesario hacer modificaciones en las salas. La entrega de habilitaciones se demora tanto porque saben que no estamos para hacer negocio. Pero esos mismos saben que pueden, en cambio, jugar a que están ejerciendo justicia.

* Actriz, directora y fundadora de teatros. Conduce Andamio ’90 junto a su hijo, el director Alejandro Samek.