PSICOLOGíA

El viejo amigo de Hemingway

La leyenda dice que fue él quien inspiró la célebre novela El viejo y el mar, de Ernest Hemingway. Sin modestia, él mismo se encargó de aclarar que sólo le puso el título a la historia. Gregorio “Goyo” Fuentes, capitán del mítico yate “El Pilar”, que perteneció al escritor norteamericano, falleció ayer en la localidad de Cojímar, a seis kilómetros de La Habana, a la edad de 104 años.
Fuentes fue sorprendido por la muerte ayer al mediodía, cuando se disponía a recibir un homenaje por parte de sus colegas de religión, informó la agencia cubana Prensa Latina. El anciano ya se había convertido en un museo viviente: en sus últimos años recibía en su casa a turistas y periodistas, que le tomaban fotos y escuchaban anécdotas, verídicas o reinventadas, de su vida junto a Hemingway.
Nacido en las islas Canarias en 1897, Fuentes llegó a Cuba en la década del ‘20 y conoció a Hemingway en 1932. Desde entonces lo acompañó como timonel, pero además como amigo, hasta que el escritor se suicidó, en 1961. Hemingway le dejó como herencia, entonces, su yate, “El Pilar”. Pero Goyo nunca más navegó. La embarcación está ahora en exhibición en la finca Vigía, que perteneció al escritor y que fue convertida en museo.
Nadie explicó cuál fue la causa de la muerte de Fuentes, pero no hacen falta demasiadas explicaciones. Su nieto, Rafael Valdés Fuentes, recordó que, en los últimos días, su abuelo no había abandonado la costumbre de fumar seis puros por día y recibir a personas que querían conocerlo.
En noviembre último se lo vio en silla de ruedas, cuando recibió el título de “Capitán Honorífico” por parte de la Asociación Internacional de Pesca Deportiva, con sede en los Estados Unidos. “Este humilde pescador se erigió como uno de los más hermosos exponentes de las relaciones amistosas entre los pueblos cubano y estadounidense”, dijo la agencia cubana Prensa Latina. La distinción se la entregó una sobrina de Hemingway.
Para la memoria popular, Goyo fue el pescador que Hemingway describe en El viejo y el mar. Pero él mismo se encargó de aclarar la historia, hace unos años. “Un día salimos en dirección a Puerto Cabañas y encontramos muy lejos de la costa un pequeño bote en el que pescaban solos un viejo y un chiquito. Hemingway le preguntó al hombre si necesitaba algo, pero el viejo se encabronó muchísimo y le gritó: ‘Vaya pa’l carajo, americano de mierda’. Aquello le impresionó mucho, pues me dijo que iba a escribir una novela”, relató Fuentes. Y después agregó: “Con el tiempo, me preguntó: ‘¿Qué título le pongo?’. Y yo le dije: ‘¿No nos hemos encontrado con un viejo y no estaba en medio del mar?’. Pues ya está el nombre”.
Así como él desmiente la fábula popular, su familia –cuatro hijas, siete nietos, 26 bisnietos– tuvo que refutar hace cuatro años la noticia de su muerte, que había recorrido el mundo con cierta anticipación.

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Hemingway y Gregorio Fuentes.
 
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