SOCIEDAD › DETIENEN A FAMILIARES Y ALLEGADOS DE SEGOVIA, QUIEN SEGUíA MANEJANDO EL NEGOCIO DESDE LA PRISIóN

El rey de la efedrina, junto a su familia real

En un megaoperativo realizado en Rosario, el juez Faggionatto Márquez dispuso la detención de la novia, la suegra, el cuñado y el abogado del hombre que está preso, acusado de exportar grandes cantidades de efedrina.

Mario Segovia, más conocido como el “rey de la efedrina”, está detenido pero, al parecer, sigue manejando su negocio desde prisión. Así lo entendió la Justicia que ayer, en un megaoperativo, en Rosario, que incluyó una veintena de allanamientos, detuvo a ocho personas de su entorno íntimo: su novia, su suegra, su cuñado, su abogado y hasta dos de sus posibles testaferros. También resultó demorado su padre. Los motivos que dieron pie a los procedimientos fueron los llamados que Segovia hacía desde su celda en la cárcel de Ezeiza. “Seguía dirigiendo algunos negocios vinculados con la elaboración de metaanfetaminas y efedrina sintética”, reconoció un jefe policial. Anoche, los investigadores buscaban un laboratorio donde los súbditos del rey estarían fabricando efedrina sintética.

A fines del mes pasado, luego de que se requisara el módulo donde Segovia convive con barrabravas de Boca y las llamadas “mulas”, quienes transportan drogas en su cuerpo o en equipaje, fueron encontrados celulares, computadoras, microondas, dólares y dos mujeres que no pertenecían a la población carcelaria, en el penal de Ezeiza. Al rey de la efedrina le secuestraron nada menos que un módem para conectarse a Internet. Este fue el puntapié para que los investigadores descubrieran que Segovia mantenía un fluido y lucrativo contacto con el exterior.

De hecho, los investigadores habrían detectado que pese a su detención, continuaba sus negocios con los carteles mexicanos, que usan la efedrina para producir metaanfetamina y venderla en Estados Unidos. Según fuentes del caso, luego de que se le quitaran los beneficios vip en el penal, Segovia dio instrucciones para avanzar con las diligencias de venta desde el teléfono público de la cárcel. Hace un año que el rey de la efedrina está con prisión preventiva.

“Segovia sigue manejando una organización de la que podrían formar parte familiares directos que se encuentran detenidos. Se dedicarían a la producción de la efedrina sintética”, confirmó ayer Honorio Rodríguez, jefe de la División Drogas de Zárate-Campana. Este comisario, que llegó a Rosario junto a más de 70 efectivos de la Policía Bonaerense, también aseguró que en los allanamientos se encontraron documentos, efedrina, metaanfetamina, fórmulas y precursores químicos.

“Aparentemente consiguieron una fórmula para fabricar efedrina sintética y ahora buscamos el laboratorio donde llevaban a cabo los procesos”, comentó otra fuente policial. Los investigadores creen que este nuevo compuesto responde a las limitaciones impuestas a la importación del precursor químico, luego de que en junio del año pasado se desbaratara una banda mexicana que manejaba un laboratorio en Ingeniero Maschwitz, en el norte del conurbano bonaerense. Este hecho, junto al triple crimen de los empresarios farmacéuticos en General Rodríguez, destapó lo que hoy se conoce como “la ruta de la efedrina”.

El megaoperativo comenzó ayer a las 2.30 y fue dirigido, en persona, por el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionatto Márquez, quien contó, sumando a las fuerzas de seguridad provinciales, con casi 200 efectivos. Los allanamientos, 27 en total, fueron hechos en la ciudad de Rosario y alrededores; había entre las locaciones requisadas algunas viviendas como la suntuosa casa de Segovia, en el tradicional barrio de Fisherton, y varias oficinas, entre éstas, dos estudios jurídicos donde se incautó mucha documentación. La policía también habría ingresado a la casa de Roberto Jacinto Segovia, padre del rey, en la cercana localidad de Roldán. El hombre fue demorado por la presunta tenencia ilegal de un arma.

En la lista de detenidos está la novia de Segovia, Gisella Ortega, quien fue encarcelada y liberada en noviembre pasado aunque quedó procesada como partícipe secundaria de los supuestos negocios de su novio. También fue arrestada la madre de Gisella, Antonia Moreno; el hermano, Gonzalo Orteaga el abogado Ariel González Ortega Zeballos y dos supuestos testaferros de Segovia: Hugo Páez Alvarez y Mariel Ferracutti.

Los demás detenidos son Rubén Emilio Luján, acusado de facilitar elementos de comunicación a Segovia, el denominado “Griego” Súngaras (alias “el Taki” o “el Químico”) y Mariel Nacelli. Hay tres prófugos, entre ellos Mario Santucci y Germán Unbonnecelli, ambos colaboradores del Griego. Estas personas, se sospecha, serían parte del equipo técnico-químico de Segovia. “Habíamos detectado la continuidad de la operatoria que inició la causa. Sabíamos lo que estaba ocurriendo, queríamos lograr desbaratarlo en el lugar”, contó ayer el juez Faggionatto Márquez.

Entre otras posibles evidencias, se incautaron documentos que probarían los embarques de efedrina. También habrían sido detectados varios lugares donde se podría efectuar la producción y distribución de efedrina, entre ellos, un galpón donde se estaría por montar un laboratorio. Los detenidos fueron trasladados a Campana, donde hoy serían indagados. Por el momento, están acusados de formar una asociación ilícita dedicada a la elaboración y venta de esta sustancia. Basta recordar que al rey se le atribuye ser uno de los mayores proveedores del mercado narco en México, incluso se estima que ya comercializó cerca de ocho toneladas de efedrina.

En diálogo con medios rosarios, el juez Faggionatto Márquez adelantó que va a convocar nuevamente a Segovia “para que amplíe la indagatoria”. “Además, también será imputado de asociación ilícita”, agregó. Anoche, la policía local junto con la bonaerense seguía buscando un laboratorio donde se procesaría la efedrina sintética. Según fuentes de la investigación, estaría identificada la zona geográfica donde funciona. Lo que sí apareció fue otra muestra de la riqueza de Segovia. Se trata de una nueva y costosa propiedad en un piso de un edificio ubicado a metros del Monumento a la Bandera, en pleno centro rosarino.

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El juez Faggionatto Márquez, ayer, durante el allanamiento a la casa de Segovia, en Rosario.
Imagen: Carlos Gentilcore
 
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