SOCIEDAD › ONCE PRESOS ESCAPAN DE LA 1ª DE SAN FERNANDO

Una fuga con ayuda policial

Once presos que estaban alojados en calabozos de la comisaría 1ª de San Fernando se escaparon anteanoche tras cortar dos barrotes de las celdas y tomar al custodia como rehén, aunque la Justicia sospecha que, además de negligencia, pudo haber complicidad por parte del personal de esa seccional. Fuentes del caso afirmaron a Página/12 que “la hipótesis principal apunta a que la evasión de los delincuentes habría sido facilitada por algunos policías”.
Para los investigadores, la negligencia del personal policial no está en duda y lo que ahora se intenta develar es si hubo complicidad por parte de alguno de los agentes. Uno de los puntos más llamativos es que, a pesar de que en el momento de la fuga hubo un corte de luz en el sector de los calabozos, los pabellones tiene un timbre que funciona como alarma y que es alimentado por una fuente de electricidad independiente. Sin embargo, nadie lo habría hecho sonar o nadie lo habría escuchado.
Los hechos se iniciaron cerca de las 21 de anteanoche, cuando se cortó la luz del sector de calabozos de la comisaría 1ª de la localidad bonaerense de San Fernando, ubicada en Presidente Perón 1052, momento en que los delincuentes aprovecharon para cortar dos barrotes de la puerta de una de las celdas. Aunque en un principio se dijo que los detenidos habrían recibido apoyo externo para producir el corte, esa hipótesis fue desmentida tanto por los investigadores como por el comisario Daniel González, quien explicó que “por una sobrecarga, saltó la térmica”.
En ese momento, un grupo de detenidos se encontraba en el pasillo que comunica los cinco calabozos de uno de los dos pabellones, un hecho habitual según explicó González. Según el relato de otros presos alojados allí, los once prófugos cortaron los barrotes con un pelo de acero, redujeron al único policía que los custodiaba y huyeron, poco antes de la medianoche, tras romper el candado de la puerta principal. Por esa puerta accedieron a un patio interno de la seccional y escaparon por los techos de las casas linderas.
Durante las más de dos horas que pasaron entre el corte de luz y la fuga, ninguno de los policías que se encontraban en la seccional advirtió qué sucedía. “Es imposible que el custodio no se haya dado cuenta de que estaban limando los barrotes y no queda claro por qué no hizo sonar el timbre. Por cómo estaba atado, apenas con una sábana, todo es dudoso”, aseguró una fuente de la investigación. Y agregó que el resto del personal recién advirtió la fuga cuando un sargento pasó por el pabellón circunstancialmente y vio al custodio con las manos atadas. Eso ocurrió poco tiempo después de la huida, aunque las autoridades de la comisaría lo comunicaron a la Justicia recién a las dos de la madrugada.
Hasta anoche, ninguno de los presos había sido recapturado. Fuentes de la comisaría dijeron que son todos hombres de entre 20 y 30 años, dos de ellos detenidos por homicidio y el resto por delitos contra la propiedad.
Estaban alojados en uno de los dos pabellones de calabozos junto a otros 33 presos, mientras que en el otro había 36 detenidos más, cuando la capacidad total de la comisaría es para 40 personas.
El caso es investigado por el fiscal Lino Mirabelli. Hasta ayer, la Jefatura Departamental de San Isidro no había pedido el pase a disponibilidad de ninguno de los policías de la seccional.

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