SOCIEDAD › LIBERAN A TRES DETENIDOS POR EL TRIPLE CRIMEN

Pruebas con mucha duda

La Cámara declaró la falta de mérito para los hermanos Schillacci y Cristian Lanatta, aunque dejó preso a Martín Lanatta, imputado por las muertes de General Rodríguez.

 Por Raúl Kollmann

La Cámara de Apelaciones de Mercedes liberó ayer a tres de los cuatro imputados en el triple crimen de General Rodríguez, aunque confirmó los cargos por secuestro y homicidio contra el principal sospechoso: Martín Lanatta. La Cámara dictó la falta de mérito para Cristian Lanatta, hermano del procesado, y los hermanos Víctor y Marcelo Schillacci. Estos dos últimos recuperaron la libertad, mientras que Cristian Lanatta seguirá preso en Sierra Chica por un robo a mano armada. La hipótesis fundamental del fiscal Juan Ignacio Bidone es que Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón fueron citados por Martín Lanatta en el Walmart de Sarandí, los secuestraron y fueron ejecutados en una casa de Quilmes, propiedad de los Lanatta. Sin embargo, hasta el momento –según la Cámara– no se encontraron pruebas de esa versión de los hechos: la sangre detectada en la casa de los Lanatta todavía no se analizó, pese a que el allanamiento de la vivienda se hizo a mediados de diciembre. Tampoco se comprobó que existiera un refrigerador en ese predio ni alteraciones en la construcción, hipótesis que también manejaba la fiscalía. De todas maneras, los hermanos Schillacci y Cristian Lanatta siguen siendo investigados y el fiscal Bidone anunció ayer que apelará la decisión de la Cámara.

La investigación de Bidone parte de la base de que Forza-Bina-Ferrón se metieron en el negocio sucio de la provisión de efedrina a narcos mexicanos. En ese marco, habrían traicionado a quienes supuestamente proveían a los mexicanos hasta ese momento: Martín Lanatta, Ibar Pérez Corradi y, tal vez, Martín López Magallanes. Las traiciones serían varias: venta de efedrina mezclada con sal, negociación por una droguería que iba a importar efedrina a la Argentina pero que después se comprobó que no estaba habilitada, negociaciones directas con los mexicanos, desplazando al otro grupo de Quilmes, y posiblemente la delación del laboratorio ubicado en Maschwitz, en el que terminaron detenidos nueve mexicanos, entre ellos el jefe, Jesús Martínez Espinoza, y un argentino, Luis Tarzia.

Bidone cree que Forza, Bina y Ferrón fueron citados por Lanatta a una reunión en el Auchan de Sarandí. Lanatta no concurrió, por lo cual el trío fue hasta la casa de su hermano, Christian. El fiscal dice que allí los mataron. En este punto, Bidone se diferencia totalmente del dictamen que hizo la Policía Científica de la Bonaerense, que sostuvo que la ejecución fue donde se encontraron los cuerpos, en General Rodríguez. Bidone, en cambio, se asienta en el dictamen de la perito de la Procuración Roxana Kreimer, quien afirma que la escena de General Rodríguez fue armada y que los cuerpos estuvieron en un lugar de frío, tal vez una heladera. Es que para la perito, los asesinatos fueron entre el 7 y el 9 de agosto de 2008 y los cuerpos aparecieron el 13.

En la hipótesis de Bidone, la casa de la calle Nicolás Videla 631, de Quilmes, fue el escenario de las ejecuciones. Cuando se hizo el allanamiento, en diciembre, se encontraron manchas de sangre y existía la sospecha de que podrían corresponder a las víctimas del triple crimen. Sin embargo, en los tres meses que transcurrieron desde el allanamiento, ni siquiera se avanzó en determinar si se trata de sangre humana. En la fiscalía afirman que la demora tiene que ver con tardanzas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

Por otro lado hubo otros dos elementos de la hipótesis del fiscal que hasta ahora no pudieron ser comprobadas. Por un lado, no se pudo encontrar hasta el momento el sistema de frío en el que supuestamente se mantuvieron los cuerpos antes de tirarlos –de acuerdo con lo que piensa el fiscal– en General Rodríguez. Por el otro lado, se dijo que el piso del taller de los Lanatta había sido modificado para ocultar evidencias. Eso no se verificó. La sangre se encontró sobre un piso que había sido modificado antes, no después.

Todo indica que la Cámara convalidó entonces la acusación contra Martín Lanatta porque está probada su relación con Sebastián Forza, pero no encontró elementos contra su hermano Cristian ni contra los Schilacci. Es que estos últimos, que en la hipótesis de Bidone fueron los matones que dispararon o participaron del homicidio, sólo aparecen vinculados telefónicamente entre sí y con Martín Lanatta, pero nada los relaciona en forma directa con el trío Forza-Bina-Ferrón. El punto que podía tener peso en la acusación es la vivienda de la calle Videla: si allí aparecía algún indicio relacionado con las ejecuciones, todos quedarían fuertemente implicados. Al no haber todavía una prueba contundente de que ése fue el escenario del triple crimen, el tribunal de alzada optó por desprocesarlos, aunque seguirán en la mira.

El fiscal Bidone, en diálogo con este diario, manifestó anoche su sorpresa y en cierta forma su disgusto por la decisión de la Cámara. “No logro entender este fallo y estoy estudiando la apelación”, señaló el funcionario.

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La casa donde fue buscado Martín Lanatta, ahora único preso por el triple crimen de General Rodríguez.
Imagen: Télam
 
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