SOCIEDAD › OTRO MEDICO DENUNCIADO POR DEFUNCIONES TRUCHAS

Dr. Vallejo, March preso

El director del Registro Civil porteño denunció en la Justicia un nuevo caso de irregularidades con actas de defunción.

 Por Horacio Cecchi

Un nuevo March apareció en escena. No se trata de un certificado trucho del célebre defuntólogo, sino de otro, firmado en blanco por el doctor Roberto Vallejo. El caso fue denunciado ayer ante la Justicia por el titular del Registro Civil porteño, Félix Pelliza. Vallejo fue suspendido preventivamente, pero el médico pidió la revisión de la sanción argumentando que el certificado estaba en su auto y, lamentablemente, su auto le fue robado. Curiosamente, un día antes de su descargo, la Central de Defunciones recibió otro certificado, éste no en blanco sino completito, firmado por Vallejo como si no hubiera ocurrido nada. Pero no termina aquí el recorrido. En los próximos días, Pelliza presentará una ampliación de la denuncia con otro caso ingresado a la Asesoría Legal hace apenas unas horas, y al que Página/12 tuvo acceso. Caso sin duda curioso por las piruetas que realizó el difunto: Vallejo certificó la muerte de L. como ocurrida los primeros días de abril pasado, en Capital. Pero los familiares de L. denunciaron que a L. lo habían cremado en Lanús, el 5 de marzo. O sea, un mes antes de que hubiera muerto según Vallejo.
Cuando hace pocos días desde el Registro Civil consultaron al Juzgado 8 de Julio Lucini sobre la ampliación de la denuncia formulada contra el defuntólogo Juan Carlos March, desde el juzgado le recomendaron que abriera una nueva causa en otro juzgado. El motivo era procesal: no se trataba de una ampliación sobre el denunciado March sino sobre otro caso. Ayer, tras el sorteo en la Cámara del Crimen, la nueva denuncia quedó radicada formalmente en el juzgado 41 de Daniel Turano.
¿En qué consiste la denuncia? La producción del noticiero de América TV entregó al Registro Civil un certificado de defunción que aún no había alcanzado el estado de truchez necesaria para considerarlo delito: estaba firmado en blanco, sin datos de ningún fallecido. La firma correspondía al doctor Roberto Víctor Vallejo, matrícula nacional 50.905 (ver facsímil). Vallejo ya era conocido por sus apariciones farandulescas. En una nota de la revista Caras, fue fotografiado sonriente junto a una famosa del área de las defunciones: Yiya Murano. Vallejo es su médico de cabecera.
Con el certificado en blanco en mano, Pelliza ordenó la suspensión preventiva de Vallejo en el registro de firmas. Vallejo mismo, antes de la emisión de la nota de América, quizá temeroso por las consecuencias, pidió ser retirado del registro de firmas. Pero tras la emisión, y con el asunto congelado, por carta documento al Registro, el propio Vallejo pidió ser reincorporado. Argumentaba que le habían robado su Sierra Rural patente TZD 391, y que adentro, además del sello del médico, lamentablemente había certificados de defunción firmados en blanco, que obviamente también fueron robados. Vallejo aclaró que el auto se lo habían robado el 18 de mayo de 2002, o sea, hace un año. Jamás durante ese año pidió al Registro que diera de baja esos certificados con su firma, que podría ser utilizada en oscuros y viles negocios.
Pero dos días antes de su pedido de reincorporación, en el Registro Civil se llevaron una sorpresa: había ingresado otro certificado de defunción de una mujer, M.L.Q., firmado por el mismo Vallejo mientras se encontraba suspendida su firma. El Registro le envió un telegrama citándolo a ratificar o rectificar su firma. En lugar de asistir, Vallejo respondió con su carta documento, en la que además de dar su versión del auto, rechazaba conocer la existencia del certificado de M.L.Q. Difícil saber cómo rechazó que fuera su firma sin haber visto el documento.
Y Vallejo fue incrementando su notoriedad con el pasar de los días. Fuentes del Registro aseguraron a este diario que trabajan para una ampliación de la denuncia, que será presentada el próximo martes ante el juez Durán. La ampliación no es sobre el mismo caso del certificado en blanco, ni el de M.L.Q., sino de otro aún más curioso. El caso ingresó recién ayer a Asuntos Legales, presentado por un funcionario. Los familiares de L., un hombre fallecido, se acercaron al Registro Civil extrañados porque no les entregaban la partida de defunción.
–Llevamos un mes. ¿Puede ser que tarde tanto? –preguntaron.
–La partida ya está lista, pero lleva apenas unos días de pedida. Acá figura como fallecido a principios de abril –aclaró también extrañado el funcionario, después de consultar el archivo.
–Pero cómo. Si murió y el 5 de marzo lo cremamos en Lanús –respondieron más extrañados los familiares, y presentaron la factura del servicio de cremación Crematorios del Sur para demostrarlo.
El aún más que extrañado funcionario elevó el caso a la Asesoría Legal y surgió el nombre de Vallejo. ¿Dónde? En el certificado de defunción. Allí, cual divino March, Vallejo asegura haber constatado la muerte de L. personalmente, en su domicilio de Capital, muerte no traumática ocurrida el 2 de abril. Un mes después de que había sido cremado. Los investigadores avanzan sobre varias puntas: una, si se trata de otro certificado en blanco de Vallejo, llenado al uso nostro por la funeraria. Otra, la Crematorios del Sur, por si truchó la licencia de cremación. La tercera, si la funeraria truchó la firma.
En todo caso, la investigación agregó otro dato aún no documentado, pero exactamente igual y en las mismas fechas. Una mujer falleció a principios de marzo y fue cremada también en Lanús. Y el certificado de defunción indica que murió los primeros días de abril. En este caso, la firma no es de Vallejo sino de Cejas Grandes. Un apodo críptico con el que en el rubro se conoce a un/a defuntólogo/a. Lo de Cejas no tiene que ver con su arco superciliar. Lo de Grandes no es por su apellido sino por parte de su humanidad.
Lo cierto es que el caso de Vallejo parece preocupar a las autoridades más aún que el propio March. “El de March es un negocio de firma en blanco a granel. Pero este caso es más preocupante –confió una fuente oficial–, porque no hay en registro tantos certificados a nombre de Vallejo. Si son truchos, y pocos, puede estar en algún negocio más pesado.”

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Facsímil del certificado que apareció firmado en blanco.
Un caso similar a March, el médico del acta García Belsunce.
 
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