SOCIEDAD › LOS EVACUADOS FUERON A SUS CASAS Y COMERCIOS

Una visita a Caviahue

Algunos de los vecinos evacuados de Caviahue desde el domingo de la semana pasada, como precaución por la actividad del volcán Copahue, realizaron ayer un fugaz regreso a la villa neuquina para rescatar mascotas, mercadería de comercios, diversos enseres, y recorrer sus casas para comprobar que todo esté en orden. Los 800 habitantes de Caviahue, localidad del norte neuquino ubicada al pie del volcán Copahue, debieron abandonar sus casas cuando geólogos y organismos de seguridad decretaron alerta máxima y anunciaron la posibilidad de una erupción inminente. Sin embargo, la actividad sísmica comenzó a bajar y otros indicadores se estabilizaron, por lo que la posibilidad de erupción parece lejana. Por tal motivo, el Comité Operativo de Emergencia (COE) deberá decidir hoy si mantiene el alerta o si permite el regreso definitivo.

Los evacuados fueron llevados a Las Lajas y Loncopue, donde encontraron alojamiento en casas de familiares o amigos, en esos dos lugares y también en Zapala, Neuquén y otras ciudades del país. Ayer, los pobladores visitaron en dos tandas al pueblo vacío, acompañados por la vicegobernadora Ana Pechén y la intendenta de Loncopué, María Fernanda Villoni. Las funcionarias se reunieron con el jefe comunal de la villa, Oscar Mansegosa, y con los geólogos, quienes analizaron la situación del volcán y las posibilidades de dejar sin efecto el alerta roja.

El traslado hasta Caviahue se hizo en vehículos de doble tracción, debido a la acumulación de nieve. Los vecinos, al dirigirse a sus casas para buscar mascotas o ver en qué situación están, tenían que llevar consigo un teléfono celular. De esa forma, si había una emergencia imprevista, podían ser avisados de inmediato para emprender una rápida retirada del lugar. Mientras los vecinos hacían la recorrida por el pueblo, las autoridades se reunieron para analizar la situación.

Escuelas, usinas, reparticiones públicas y hoteles tienen sus accesos nevados sin huella alguna. Los fuertes vientos han derribado postes y cortaron cables. “Es muy triste esto, ya queremos volver”, dijo el dueño de un mercado, mientras cargaba mercaderías para llevarlas a Loncopué, donde a diario se alimentan más de 100 evacuados, y al Regimiento de Infantería de Montaña 21, donde están alojadas otras 70 personas.

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A una semana del alerta, la villa de Copahue sigue intacta.
Imagen: Télam
 
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