SOCIEDAD › OPINIóN

Tuberculosis en la Ciudad

 Por Jorge Selser *

Quienes asumieron la conducción del Estado de la Ciudad bajo premisas de eficiencia y modernidad han dedicado sus mejores esfuerzos a tapizar de cemento los espacios verdes, hacer crecer la ciudad en altura pero sin asumir responsabilidades primordiales para garantizar la necesaria seguridad sanitaria para el conjunto de la población.

Ya en el año 2010 los profesionales responsables del seguimiento de los pacientes con tuberculosis, en informes oficiales, advertían que había áreas de la ciudad en las que la cantidad de pacientes con esta enfermedad duplicaba o triplicaba la media de la ciudad y se constituían en las más altas tasas del país.

Otros informes oficiales, remitidos desde el Poder Ejecutivo a la Legislatura, daban cuenta del siguiente estado de situación: anualmente se registran aproximadamente 2000 casos nuevos de tuberculosis, y mientras la Organización Mundial de la Salud ha fijado como meta curar al 85 por ciento de los pacientes diagnosticados, en nuestra ciudad, durante la gestión macrista, la curación de nuestros pacientes ronda una media del 17 por ciento.

Tan grave como esto, otra de las metas internacionalmente aceptadas es que los Estados intervengan a los fines de no superar el 6 por ciento de pacientes que abandonen sus tratamientos. Nuestra ciudad promedia el 25 por ciento de abandonos.

En este caso, el abandono del tratamiento, la ausencia absoluta de una estrategia sanitaria y política para afrontar este problema, es aún más grave, atento a que existen herramientas sociosanitarias simples que han demostrado su eficacia. Estudios científicos llevados a cabo en la Región V del Gran Buenos Aires, mediante el seguimiento de 1600 pacientes durante cuatro años, muestran que mediante el amparo económico a los pacientes, han logrado un 93 por ciento de curación y un 4,7 por ciento de abandono del tratamiento, superando en ambos casos ampliamente las expectativas internacionales.

He asumido esta estrategia para la ciudad, mediante un proyecto de ley 1688-D-2013 que se encuentra actualmente en tratamiento legislativo, el que supone el amparo económico del paciente infectado; amparo con el que lograríamos, probado está, reducir a un mínimo el abandono del tratamiento, mejorar las tasa de curación, evitar secuelas y muertes y también sin duda alguna reducir los costos económicos y sociales que esta enfermedad origina.

El ingeniero Macri y sus equipos de elite deben leer sus propios informes y entender que una enfermedad infectocontagiosa como la tuberculosis, dada la gravedad de su estado actual en la ciudad, debe ser abordada de manera inmediata con todas la herramientas disponibles, salvo que la modernidad macrista no incluya a nuestros enfermos ni considere necesario proteger a los sanos.

* Legislador porteño. Presidente de la Comisión de Salud.

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