SOCIEDAD › CUATRO POLICIAS ACUSADOS DE TORMENTOS Y HOMICIDIO

En la antesala de la perpetua

Un fiscal de Quilmes pidió que se eleve a juicio oral la causa en la que efectivos de Florencio Varela torturaron a una mujer, que había sido detenida por error, y le provocaron la muerte.

@Cuatro policías de la Bonaerense, acusados del homicidio de una mujer después de torturarla junto a su pareja, en la Comisaría 1ª de Florencio Varela, están en la antesala de la condena: el fiscal de Quilmes Claudio Pelayo pidió la elevación a juicio oral de la causa, y los policías, acusados de torturas seguidas de muerte, podrían ser condenados a perpetua. A un quinto uniformado se le imputa no haber hecho la denuncia. El caso ocurrió el 10 de mayo del año pasado: los policías detuvieron a la pareja creyendo que formaba parte de una banda que había herido a un policía. Después de varias horas de tormentos, un jerarca de la seccional dijo: “Estos no tienen nada que ver. Lárguenlos”. La mujer fue internada en estado de coma y falleció 12 días después. El escándalo obligó al ex ministro de Seguridad y Justicia, Luis Genoud, a pasar a disponibilidad a los acusados. “No toleraremos ninguna solidaridad corporativa. Seremos inflexibles”, aclaró terminante. Un mes después, la Bonaerense asesinaba a Kosteki y Santillán, y el desbordado Genoud abandonaba su cargo de ministro.
Tras la muerte de la víctima, Andrea Elizabeth Viera, siete policías fueron detenidos: el principal David Gutiérrez, el subinspector Diego Herrera, la oficial ayudante Romina Alejandra Nieto, el suboficial principal Carlos Daniel Maidana, la cabo 1º Marta Jorgelina Oviedo, el cabo 1º Pedro Mensi y el agente Oscar Luciano Farías. Luego se agregó el cabo Marcelo Aquino. El entonces ministro Genoud apartó a la cúpula de la seccional: el comisario José Oscar Sita y el subcomisario Rafael Ominelli. También dispuso el pase a disponibilidad de los detenidos.
Luego, aunque siguieron investigados, Aquino, Nieto, Mensi y Herrera recuperaron la libertad. Pelayo, ahora, solicitó apartar a los tres primeros por falta de pruebas. Pero pidió el enjuiciamiento de Herrera por haber omitido hacer la denuncia de las torturas, delito castigado con penas de entre 3 y 10 años de cárcel.
Respecto de Gutiérrez, Maidana, Mensi y Oviedo, el fiscal dio por probado que participaron de las torturas y pidió su elevación a juicio. El delito, tortura seguida de muerte, es castigado con prisión o reclusión perpetua. Los cuatro permanecen detenidos, aunque Oviedo tiene arresto domiciliario por una afección cardíaca y es monitoreada con una pulsera electrónica. En caso de que el juez de Quilmes Martín Nolfi dé curso al pedido de Pelayo, Herrera también deberá ser detenido.
Alrededor de las 20 del 10 de mayo de 2002, Andrea Viera, de 30 años, y su pareja, Gustavo Cardozo, de 23, se detuvieron en la calle cerca de la estación Zeballos, del ex ferrocarril Roca, en Florencio Varela. Viera sufría una descompostura y su compañero fue a buscarle un vaso de agua. Minutos antes, una banda se había tiroteado con la policía. En el tiroteo, había fallecido un ladrón y un policía había resultado herido. Varios patrulleros salieron en persecución de la banda y se toparon con Viera y Cardozo. No tenían armas ni antecedentes, pero igual los levantaron.
Que los policías salieron cegados en busca de venganza y no para resolver el caso lo demostró la tremenda sesión de torturas que recibieron en la 1ª. El joven recordó más tarde que podía escuchar los gritos de su mujer pese a que habían elevado el volumen de un televisor. Viera lloraba y juraba su inocencia hasta que en la medianoche todo quedó en silencio. Entonces, Cardozo pudo escuchar a un policía que dijo: “Me parece que está muerta”.
Previamente, al joven lo tomaron de los pelos y le enseñaron su rostro a un uniformado al que le decían “jefe”. “Estos no son. Lárguenlos”, dijo el “jefe”. Viera fue internada en el hospital Mi Pueblo, de Varela. Ingresó en coma y doce días después falleció. Cardozo pudo reconocer en rueda de presos a Oviedo y a Gutiérrez. El abogado Luis Valenga pide que se investigue también al comisario Sita y al subcomisario Ominelli. El 27 de mayo de 2002, Genoud anunció “seremos inflexibles”. El anuncio lo hizo 17 días después de las torturas, el mismo día en que Pelayo pidió las detenciones y la prensa se enteraba del hecho.

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Los gritos de la mujer pudieron ser escuchados por su pareja pese al alto volumen de un televisor.
 
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