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El peluquero de los famosos, con un proceso por el robo de un auto

Miguel Romano fue procesado con prisión preventiva en una causa donde está acusado de robarle a una clienta un auto que él le había vendido. El peluquero argumenta que la mujer lo devolvió.

Mientras la causa por defraudación con tarjetas de crédito robadas va camino al juicio oral, el peluquero Miguel Romano volvió a ser procesado con prisión preventiva, pero esta vez en una causa vinculada al robo de autos. Ahora, la posibilidad de que el peluquero de la farándula vuelva al penal de Ezeiza está en manos de la Cámara del Crimen, que deberá confirmar la resolución del juez Mariano Bergés, quien además le trabó un embargo por 250 mil pesos.
La causa es anterior a la de las tarjetas y se inició luego de que una de sus clientas denunciara a Romano por el robo de dos autos importados que el peluquero le había vendido previamente. Según la declaración de la mujer, Elena Miranda Almagro, los dos vehículos desaparecieron de su garaje antes de que los terminara de pagar y cuando se lo comentó a la esposa de Romano, Mercedes López, ésta le habría respondido: “Traés la plata y tenés los autos”. Finalmente, poco después, ambos autos fueron revendidos por el peluquero y el entonces novio de su hija y dueño de uno de ellos, Gustavo Muzio, quien también fue procesado.
En su denuncia, Elena Miranda Almagro relató que a principios de 2000 le compró a Romano un Mercedes Benz 190-E y un Mitsubishi Eclipse, en dos operaciones diferentes que se habrían realizado una en el local del peluquero y la otra en el estudio jurídico del que en ese momento era su yerno, Muzio, y por los que pagó 16 y 28 mil dólares, parte en efectivo y parte con cheques diferidos del Banco Francés. Según Almagro, ambos autos fueron robados de su cochera antes de que terminara de pagarlos.
Por su parte, frente a Bergés, el peinador negó las acusaciones y señaló que habría sido ella quien devolvió los vehículos porque no los podía pagar. Una fuente allegada a la causa informó a Página/12 que “existe una filmación de la cámara del edificio en la que se ve claramente que dos hombres ingresan al garaje trabando la puerta, arrancan los dos vehículos sin dificultad y se van con ellos”. Esa grabación sería, al parecer, la única prueba de que efectivamente los autos fueron sutraídos de su garaje, los mismos que luego fueron revendidos, uno de ellos como parte de pago, por el peluquero a otras personas.
Por esta causa, Romano declaró el 16 de mayo ante Bergés y, tal como ya había dicho para defenderse frente a las acusaciones anteriores, atribuyó la denuncia a una maniobra para perjudicarlo. Una postura similar dejó entrever anteayer uno de sus abogados, Mariano Goyeneche Argibay, quien remarcó: “Nosotros tenemos una valoración de la prueba completamente diferente a la del juez. Primero, para la fecha en que esta señora le compró el auto, Romano ya lo había entregado como parte de pago. Además, un auto es un bien mueble registrado. Para tenerlo tiene que, por lo menos, haber plata y registro en la propiedad automotor”.
Según denunció Almagro, hasta que la mujer del estilista le pidió plata para devolverle los autos, no había pensado en la posibilidad de que Romano estuviera detrás del supuesto robo. Para Bergés, el peluquero es responsable de la presunta sustracción de los vehículos y su reventa. Sin embargo, la vuelta al Complejo Penitenciario I de Ezeiza del peluquero de Susana Giménez, donde ya estuvo 22 días el año pasado, se concretará sólo si la Sala Sexta de la Cámara del Crimen, confirma lo actuado en primera instancia.

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Después del escándalo de las tarjetas, Miguel Romano quedó otra vez en la mira de la Justicia.
 
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