SOCIEDAD › UN POLICíA MATó A DOS PERSONAS E HIRIó A CATORCE CON SU ARMA REGLAMENTARIA

Masacre en un bar de San Luis

Un agente de civil, muy borracho, abrió fuego, mató al comisario local y siguió tirando. Luego huyó y se baleó con sus colegas, que lo hirieron en la pierna. Dos heridos están graves. Tres días de duelo en la provincia.

 Por Carlos Rodríguez

Naschel es –o lo era hasta ayer– una tranquila localidad ubicada en el nordeste de la provincia de San Luis, cuyos 3500 habitantes viven de la agricultura o trabajan en complejos industriales instalados en la zona. Desde la madrugada de ayer, el único tema de conversación es lo ocurrido, a partir de las 4.30 de la madrugada, cuando un policía vestido de civil y con su arma reglamentaria ingresó a los tiros al boliche Natacha Disco, donde asesinó a dos personas, una de ellas el comisario del pueblo, y les produjo heridas a otras catorce, de las cuales dos de ellas siguen internadas en grave estado. Las autoridades locales y provinciales afirman que no se saben los motivos de la noche de furia del policía Walter Talquenca, de 40 años. Los relatos dicen que estaba en la disco con su esposa, quien se fue del lugar antes del estallido de violencia. Talquenca, que estaba ebrio, también se había ido, pero volvió con su 9 milímetros y desencadenó la tragedia, tras lo cual intentó escapar y fue alcanzado por colegas suyos que lo hirieron en una pierna para detenerlo, porque seguía disparando sin ton ni son. El gobierno puntano dispuso tres días de duelo.

“Es de película lo que pasó, es algo increíble, algo inentendible”, declaró ante la prensa, todavía conmocionado, el dueño del local, Martín Estrada, quien vio parte de la cacería protagonizada por el policía, que tenía 1,67 miligramo de alcohol en sangre, tal como estableció un estudio que le hicieron luego de la detención. El máximo tolerable para conducir un auto es de 0,5 miligramos. Estrada relató que vio cuando Talquenca “venía disparándole a todo el que se cruzaba en su camino”.

En otro momento de su relato, Estrada sostuvo que el policía enfurecido “primero me apuntó a mí cuando quise interponerme en su camino, pero terminó matando al comisario” Julio Marcelo Barrios, a cargo de la seccional 24a de Naschel, cuando intentó quitarle el arma que llevaba en la mano. El dueño del boliche estimó que antes de ese episodio había matado al camionero Fernando Brizuela, oriundo de la localidad bonaerense de Rojas, quien estaba de paso en San Luis. “Supongo que el camionero fue la primera víctima porque iba saliendo del boliche; murió en la calle. Esto no me lo voy a olvidar nunca, arruinó al pueblo y me arruinó a mí para toda la vida, porque atacó a muchas personas en un local donde nunca había pasado nada a lo largo de catorce años.”

A la hora en que ocurrieron los hechos, en el local había unas 300 personas. De acuerdo con lo que se sabe, después de atacar a Brizuela, el agresor disparó sobre las dos personas que estaban controlando el ingreso al boliche. Uno de ellos era el oficial principal Daniel Pérez, quien se de-sempeña como segundo jefe de la seccional local y resultó herido en el hemitórax izquierdo, mientras que Gabriel Alejandro Garro, empleado de la disco, también recibió un balazo en el cuerpo.

Estrada dijo que Talquenca “no era de venir al boliche, pero yo lo conocía porque lo había visto haciendo adicionales en instituciones del pueblo”. Agregó que todos saben que es “un padre de familia que nunca estuvo en ningún problema y al que todo el mundo lo veía como una persona común y corriente”. El intendente local, Marcos Bértola, confirmó que el policía estuvo en el local con su esposa, que tomaron algo y que luego se retiraron, pero él volvió solo. Lo vieron bajar de su auto, un Renault 12, con el arma reglamentaria en la mano.

Una joven de nombre Milagros Quiroga, que estaba en el local, sostuvo que el policía “empezó a disparar como si estuviera matando animales”. Ella y una hermana suya escaparon para esconderse en el baño, pero mientras corrían, a Milagros la hirió en una rodilla, aunque sólo fue “un raspón” que no produjo lesiones graves. La gente corría y gritaba con desesperación, lo que llevó al dueño y a los empleados del local a abrir las puertas de emergencia para facilitar el escape.

El intendente Bértola dijo que luego de matar al comisario Barrios, el agente Talquenca “salió de la disco y se fue hacia el casino que está enfrente, donde también hizo algunos disparos, para luego encarar hacia una comisaría cercana, donde siguió disparando, al punto que el policía que estaba de guardia le tuvo que disparar en una pierna para poder detenerlo”. La policía informó que el policía autor del desastre era, hasta ayer, “una persona de perfil bajo, tranquila”. En principio se cree que hizo cerca de 30 disparos y que habría utilizado dos cargadores, por lo menos. Estiman que algunos de los heridos, con lesiones superficiales, fueron alcanzados por balas de rebote.

Además del test de alcoho- lismo, al autor de la tragedia se le harán estudios psicológicos por decisión de la Justicia. El gobernador de San Luis, Claudio Poggi, decretó tres días de duelo en la provincia y se declaró “conmocionado” por lo ocurrido. Informó que “el agresor es un oficial que tiene años de antigüedad en el servicio”. Precisó que si bien cumplía funciones en la vecina localidad de El Morro, tiene su domicilio en Naschel. Ayer estaba en su día franco y había ido a la disco. “Esta es una tragedia muy difícil de explicar en estos momentos”, concluyó Poggi, quien, como todos, dijo no saber las causas del ataque de furia.

Leroy Moyano, otro de los heridos, dijo que si bien no tenía “ni idea” de los motivos por los cuales “enloqueció el policía”, señaló que había escuchado comentarios según los cuales “se había peleado con su mujer mientras estaban en el local y que los dos se fueron, hasta que él volvió”. Contó que estaban con unos amigos “yendo a tomar un trago”, cuando empezaron a escuchar “explosiones que pensamos que eran petardos, hasta que nos dimos cuenta de que eran tiros”. Hay especulaciones respecto de la supuesta discusión con la esposa, aunque también se duda si fue casualidad o no que haya matado al jefe policial y haya herido al segundo jefe de la seccional local.

El ministro de Salud de San Luis, Gastón Hissa, informó que nueve de los heridos fueron dados de alta. De los que siguen internados, hay dos casos de gravedad. Se trata de Pascual Orozco, de 46 años, y Mariela Fernández, de 20. El caso conmueve a Naschel, una voz quechua –o araucana, según otros historiadores– que significa “gritos en la noche”.

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El bar en el tranquilo pueblo de Naschel, al nordeste de la provincia de San Luis.
Imagen: DyN
 
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