EL PAíS › CRISTINA FERNáNDEZ DE KIRCHNER LLEGA HOY A ROMA Y MAñANA SE ENTREVISTARá CON EL PAPA

Una cita en el Vaticano a la hora del almuerzo

La Presidenta visitará a Francisco en la residencia de Santa Marta. El miércoles, en París, se reunirá con François Hollande.

 Por Fernando Cibeira

La presidenta Cristina Kirchner partió ayer poco antes de las 16 desde Buenos Aires para retomar su agenda internacional, un poco dejada de lado durante el año pasado en virtud de la campaña electoral primero y, luego, por el episodio cerebral que sufrió que la obligó a pasar un tiempo lejos de los aviones. Después de haber participado en Cuba de la cumbre de la Cepal a fines de enero, ahora será el turno de volver a los viajes largos al Viejo Continente. Hoy llegará a Roma para entrevistarse mañana con el papa Francisco, a casi un año exacto de su anterior visita al Vaticano. La minigira seguirá luego por París, donde tiene agendado un almuerzo con el presidente François Hollande y el acto de inauguración del pabellón argentino en el Salón del Libro de París, en el año en el que el país es invitado de honor.

Curiosamente, la gestación del viaje fue en dirección inversa. Primero, la intención de participar en la feria del libro parisina, que si bien quienes la conocen aseguran que no produce la repercusión social que tiene la de Buenos Aires, cuenta con un piso de 200 mil visitantes. La Secretaría de Cultura organizó más de 50 actividades para la semana que viene, que se llevarán a cabo en un imponente pabellón de 500 metros cuadrados que simula una cinta de Moebius. La delegación de escritores e intelectuales participantes será extensa, pero, obviamente, generó polémica por algunos que no fueron invitados. Lo importante del caso es que se celebran cien años del nacimiento de Julio Cortázar, y el escritor de Rayuela y París estarán ineludiblemente unidos mientras se los recuerde. La Presidenta gusta de participar de esas ocasiones donde la cultura argentina es agasajada. En 2010 realizó una visita similar a la Feria del Libro de Frankfurt.

Cristina Kirchner encabezará el acto en el Salón del Libro el próximo jueves junto al primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault. Inmediatamente, llegó la invitación del presidente Hollande para que el día anterior lo acompañe en un almuerzo a agenda abierta en el Palacio del Elíseo, sede del gobierno francés. Atribulado por los problemas de polleras, a Hollande no le ha ido tan mal en materia de recuperación económica de su país, según cantaron los números del año pasado. Cristina Kirchner ya se reunió con él durante una cumbre del G-20 en México, en 2012, cuando el presidente socialista recién había sido electo. Coinciden en su visión de estímulo a la economía como receta a la crisis y en la necesidad de un trabajo conjunto en el campo de los derechos humanos. Seguramente serán temas que conversen, lo que no se conoce es si el reciente anuncio de la apertura, a partir de mayo, de las negociaciones por la deuda argentina con el Club de París será parte del temario.

Para lo último, lo primero. Organizada la visita a París, la Presidenta tramitó la reunión con el papa Francisco. El 18 de marzo del año pasado mantuvieron un encuentro similar en la residencia Santa Marta, horas antes de la ceremonia de asunción papal. Cristina Kirchner quiso repetir la visita para saludar a Jorge Bergoglio en su primer año de papado, convertido en todo un suceso internacional a partir de sus gestos, sus frases y algunas resoluciones que mostraron su voluntad de cambiar ciertos problemas que arrastra la Iglesia Católica. El Vaticano se convirtió en lugar de peregrinación, no sólo de fieles, sino también de mandatarios, sobre todo latinoamericanos. De hecho, la brasileña Dilma Rousseff acaba de ir por segunda vez. En sintonía, el gobierno argentino dio muestras también de su voluntad de dejar atrás su desconfianza con quien fuera el arzobispo de Buenos Aires. El último gesto en ese sentido fue el anuncio de la Presidenta de volver a participar del tradicional Tedéum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, sede que en los últimos años había sido dejada de lado. Además, CFK fue a Río de Janeiro en julio del año pasado para participar de la multitudinaria misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud. Luego de la ceremonia, Bergoglio la sorprendió al regalarle unos zapatitos para su nieto Néstor Iván.

La relación, todo lo indica, pasó de difícil a buena. Los dirigentes argentinos que se reunieron durante este año con Francisco aseguran que insiste con la necesidad de “cuidar” a la Presidenta. En el encuentro del año pasado, CFK le había pedido al Papa que intermedie para conseguir que el Reino Unido se siente a dialogar por la soberanía de las islas Malvinas. Nada hace creer que haya podido avanzar algo en ese sentido. Pero la Presidenta podrá saludarlo por su aniversario y, tal vez, entregarle el pasaporte y el DNI que Bergoglio renovó días atrás. “Es un gesto que nos llena de orgullo”, dijo el ministro Florencio Randazzo sobre esa decisión del Papa, quien podría elegir utilizar el pasaporte diplomático que le corresponde por ser jefe del Estado vaticano.

Por ahora, el almuerzo privado en Santa Marta es la única actividad que la Presidenta tendrá en Roma. Llegará hoy a la mañana a la Ciudad Eterna y se hospedará, como lo hizo en los últimos viajes, en el hotel Edén, cercano a Via Veneto y Piazza Spagna. El Tango 01 partió desde el sector militar de Aeroparque con una comitiva mínima: el canciller Héctor Timerman; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro. Hoy será día de descanso y mañana, luego del encuentro con el Papa, partirá a París. El fin del viaje está previsto para el jueves a la noche, llegando a la Argentina el viernes.

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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el papa Francisco en su último encuentro, en julio del año pasado, en Río de Janeiro.
Imagen: AFP
 
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