SOCIEDAD › TRES ARGENTINOS PRESOS EN ESPAÑA POR UNA TONELADA Y MEDIA DE COCAINA

Un cargamento por demás pesado

La banda estaba compuesta además por otros cuatro ciudadanos españoles, un paraguayo, un holandés y un inglés. Traficaban cocaína en barco desde Sudamérica a España. En lo que va del año es el segundo gran decomiso de cocaína realizado en ese país.

La Guardia Civil española capturó a tres ciudadanos argentinos acusados de traficar más de una tonelada y media de cocaína desde Sudamérica. En el operativo denominado Paraka, cuyos procedimientos fueron realizados en la comunidad de Madrid, Galicia, País Vasco, Aragón y Cantabria, fueron apresados también otros cuatro ciudadanos españoles, un paraguayo, un holandés y un inglés. En lo que va del año es el segundo gran decomiso de cocaína realizado en España. Según un comunicado oficial de la fuerza de seguridad, la droga viajaba en “embarcaciones de gran calado hasta las proximidades de las aguas territoriales españolas” y desde allí “se traspasaba a embarcaciones de recreo” que la introducían al continente.

Junto con los 1598 kilos de cocaína incautados en una casa de la localidad vizcaína de Ondarroa, también fueron decomisados “11 kilogramos de hachís, 12 vehículos, tres inhibidores de frecuencias, diverso material electrónico e informático, sistemas de navegación utilizados para transportar la droga en embarcaciones y 21.500 euros en efectivo”.

La operación Paraka, llevada a cabo en diversas fases, se inició en junio, cuando la Guardia Civil española interceptó dos vehículos en la provincia de Zaragoza en cuyo interior se secuestraron 98 kilos de cocaína. En esa oportunidad, los dos conductores fueron arrestados en el acto. En la última fase del operativo, a principios de septiembre, la férrea vigilancia en la provincia de Vizcaya posibilitó la identificación de la mayor parte de los integrantes de la banda internacional.

Los estupefacientes eran almacenados en viviendas previamente alquiladas por la organización, preferiblemente caseríos aislados que les permitían pasar inadvertidos y que otorgaban “cierta sensación de impunidad”, dijeron los investigadores. “Los responsables de la red realizaban frecuentemente desplazamientos a Sudamérica para negociar con los carteles la adquisición de estupefacientes y su posterior envío a nuestro país”, sostuvo la Guardia Civil española. También se indicó que “la organización estaba perfectamente estructurada y tenía diferentes cometidos, sin que muchos de sus componentes, como medida de seguridad, tuvieran relación entre sí”. Los diez detenidos quedaron imputados por formar parte de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y blanqueo de capitales. La causa quedó a cargo del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Torrejón de Ardoz, municipio de la comunidad de Madrid.

Esta red delictiva utilizaba distintas vías para introducir la cocaína en el territorio español, aunque la más recurrida era el transporte mediante embarcaciones de gran calado hasta las proximidades de las aguas territoriales españolas, donde se traspasaba la mercancía a embarcaciones menores. Posteriormente trasladaban la droga hasta las inmediaciones de la población de Ondarroa, por cuya costa lograban introducir la cocaína en territorio ibérico, que se almacenaba preferiblemente en viviendas rurales para no levantar sospechas. No obstante, los agentes dieron con una tonelada y media de cocaína en un inmueble en la provincia de Vizcaya. La policía secuestró además 11 kilogramos de hachís, dinero en efectivo y una importante cantidad de material informático.

En los últimos años se sucedieron varios casos de exportación de cocaína de la Argentina a España: las operaciones denominadas Carbón Blanco, Manzanas Blancas, el Narcojet de los hermanos Juliá y la Sky-mal del hermano del relacionista público Gaby Alvarez. De todos modos, no está clara aún la procedencia del cargamento cuya banda fue detenida ayer.

En abril de este año, la Guardia Civil española secuestró otros 1500 kilos de cocaína. En este caso, la organización usaba contenedores de empresas importadoras legales para camuflar la droga y colarla en puertos españoles e italianos. Un empresario de Castellón venido a menos por la crisis era el presunto cabecilla de esta red de narcotráfico. El cerebro de la banda logró montar un entramado de distribución por toda España, con gente estratégicamente ubicada en Latinoamérica, y llegó a implicar a agentes portuarios españoles que facilitaban el acceso a los contenedores en los puertos a los que llegaba la droga, en este caso procedente de Colombia. La Guardia Civil desmanteló la red –también en varias fases– con la operación Pikpan II, llevada a cabo en Galicia, Madrid, Castilla La Mancha, Valencia, Andalucía, Canarias y Francia. Hubo 35 detenidos, todos españoles a excepción de un albanés, algunos ya con antecedentes por tráfico de drogas. En la investigación se detectó la existencia de una célula de intermediarios encargada de buscar compradores de la droga y de facilitar a los proveedores sudamericanos indicaciones sobre el puerto español por el que debían entrar los contenedores con la cocaína y hasta los días óptimos para su llegada. Se interceptaron entonces cuatro partidas de droga en el puerto de Valencia, dos en el de Algeciras, una en Tánger y otra en el puerto italiano de Gioia Tauro, en Calabria.

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Junto con los 1598 kilos de cocaína fueron decomisados 11 kilos de hachís y 12 vehículos.
 
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