La Cámara Federal de Casación Penal dejó firme la condena a tres años de prisión en suspenso y 192 horas de trabajo comunitario en Cáritas para una mujer que estafó con la venta de paquetes turísticos bajo la fachada de una empresa, la International Royal Crisley. El máximo tribunal penal del país rechazó el recurso de Casación presentado por la defensa de Rosana Donaley contra el fallo que la condenó en el Tribunal Oral en lo Criminal 18, tras darse por probado tres casos de estafas en la venta de viajes, según la resolución difundida ayer.

Los camaristas Liliana Catucci, Eduardo Riggi y Mariano Borinsky consideraron probado que la mujer “hizo reservas, imprimió vouchers, y otros papeles de dudosa vigencia, propios del escenario creado para defraudar tratando de simular una realidad inexistente con el solo propósito, de quedarse con el dinero de los damnificados”. Y que “no pagó vuelos, ni hoteles, ni seguros”, según figura en la resolución.

La condenada era responsable de la empresa de viajes y turismo International Royal Crisley, con oficinas en la ciudad de Buenos Aires y los hechos ocurrieron entre 2011 y 2012. “La acusada montó una mise en scène (puesta en escena) en su oficina para que los desprevenidos y pretensos turistas le dieran su dinero a cambio de promesas que no se cumplirían”, concluyó la Cámara.

Para ello, “entregó papeles que carecían de valor económico pero con apariencia de realidad a fin de otorgarle mayor credibilidad a la maniobra planeada con el solo propósito de aprovecharse del dinero ajeno que desde el inicio tuvo un simple y claro objetivo: hacerse del dinero”.

En el juicio oral se ventilaron tres casos de estafas contra turistas. En una de ellas, uno de los damnificados tuvo que bajarse de un avión por la falta de pago del paquete contratado “con la vergüenza inherente a este episodio”, remarcó la Cámara. En otro de los hechos la condenada simuló “la realización de gestiones tendientes a organizar” el viaje de tres clientes a Europa, con “constancias de reserva en hospedajes, excursiones, transportes terrestres y vuelos”, y consiguió que se le pagasen adelantos por viajes que nunca canceló.

También se consideró probado que estafó a otros tres clientes con la falsa contratación de un viaje a Brasil y a otro con la compra de pasajes aéreos que reservó pero nunca pagó.