SOCIEDAD › EL QUíNTUPLE ASESINO DE NECOCHEA LE APLICó DIEZ PUñALADAS A CADA VíCTIMA

Los diez minutos del horror

Roberto Vecino usó tres armas blancas, una de ellas un machete de 30 centímetros. A su ex mujer prácticamente la decapitó. Sus otras víctimas tenían además lesiones provocadas en sus intentos de defensa. Así lo revelaron las autopsias a los cuerpos.

Las autopsias realizadas a las víctimas de la masacre de Necochea revelaron que, en una secuencia de menos de diez minutos, Roberto Vecino decapitó a su ex esposa y le aplicó tanto a ella como a sus tres hijos y al vecino que intentó detenerlo al menos diez puñaladas. El informe forense detalló que la primera de las víctimas fue su ex pareja María Esther Curuchet, que tenía la cabeza “prácticamente desprendida” por un fuerte golpe de machete de unos 30 centímetros de hoja, una de las tres armas blancas secuestradas en la escena de los crímenes.

Según las autopsias, tanto Curuchet, de 52 años, como sus tres hijos (Rosa, de 21; Etelvina, de 19; y Roberto, de 24) y el vecino Horacio Córdoba, de 70 años, tenían al menos diez heridas punzantes cada uno –a excepción de una de las hijas–, profundos cortes en el cuello y todos presentaban lesiones producidas en el intento de detener los ataques.

Además del arma que utilizó para decapitar a su ex mujer, la Policía secuestró un cuchillo de unos 22 centímetros y una “faca” o arma blanca de fabricación casera que él mismo confeccionó.

Por la cantidad de cortes y puñaladas que tenía cada uno y por la rapidez con que ocurrieron los hechos, los expertos aún intentan determinar cómo fue la secuencia exacta de los homicidios y con qué arma atacó a cada uno.

En ese sentido, una de las certezas que los investigadores tienen hasta el momento es que la primera de las víctimas fue Curuchet, no sólo porque la temperatura del cuerpo al momento de los peritajes era la más baja, sino porque así lo relató el hermano de la mujer, que vivía con la familia y alcanzó a ver parte de la acción antes de escapar hacia la casa de un vecino a pedir ayuda.

Durante la mañana de ayer, los cuerpos de las cinco víctimas y del agresor fueron velados en una casa de sepelios de Necochea y pasadas las 11 inhumados en el cementerio municipal. Los velatorios se llevaron a cabo en la cochería Depierro Picardi, de Necochea, que, a pedido de la familia, destinó una misma sala para los cuatro asesinados y el agresor, y otra para Córdoba.

Al velatorio concurrieron otros tres hijos de la pareja, quienes ya no vivían con ella, mientras que el cuarto, un niño de 10 años, se quedó al cuidado de otro familiar, ya que aún no fue puesto en conocimiento de lo sucedido, según contaron familiares.

Una de las hijas de Vecino, Daniela, recordó que su padre siempre fue un hombre violento: “De repente salía con cualquier cosa, te insultaba, te pegaba. Hoy estaba bien y mañana te amenazaba y te pegaba mal. Cuando querías hacer algo o denunciarlo mi mamá te decía que no, que no te metieras”, dijo.

Por su parte, Gustavo, otro de los hijos, recordó que se fue a vivir aún siendo menor de edad a Mar del Plata, cansado del maltrato de su padre. “Me pegaba y me metía la cabeza en un tanque de agua, qué podés esperar de una persona así...”, dijo el hombre entre lágrimas, tras lo cual contó que participó de las marchas por “Ni una menos” debido a la violencia que sufría su madre.

El episodio sucedió el jueves a la mañana en el barrio Fonavi de Necochea, a unos 130 kilómetros al sur de la ciudad de Mar del Plata, donde Curuchet residía con cuatro de sus hijos en una casa situada en avenida 98 y Roberto Vecino vivía en un inmueble lindante sobre calle 63, ambas justo en la esquina, ya que estaban separados.

Según los investigadores, la mujer y su ex esposo, empleado en el Cementerio Municipal, regresaron al domicilio de él luego de haber llevado a su hijo de 10 años a la escuela y, una vez que llegaron a la cocina, discutieron.

Allí, el hombre asesinó de un machetazo a su mujer, tras lo cual, se dirigió a la casa de ésta y en la planta alta atacó a cuchilladas a sus hijas Rosa y Etelvina. En este punto, los investigadores procuran aún establecer si a ambas las mató en el mismo momento o si existió un intervalo entre los dos asesinatos y en el medio cometió el crimen de su hijo Roberto, quien alcanzó a salir de la casa a la carrera y fue perseguido unos 50 metros hasta ser atacado en la calle. En tanto, un vecino que presenció ese hecho intentó intervenir y también fue asesinado y su cuerpo degollado quedó junto al del joven.

Mientras Vecino mataba a su hijo Roberto y a Córdoba, un hermano de Curuchet alcanzó a pedir ayuda y la policía arribó al lugar. Dos efectivos que intentaron desarmar a Vecino fueron heridos con una segunda arma blanca que éste llevaba en la cintura. En esas circunstancias, el atacante huyó a la carrera y se atrincheró en un galpón de su casa, donde finalmente se ahorcó.

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Los cinco cuerpos fueron velados e inhumados ayer en el cementerio municipal de Necochea.
Imagen: Télam
 
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