SOCIEDAD › LEVANTAN EL PARO TRAS LA REINCORPORACION DE LOS DESPEDIDOS

El subterráneo, otra vez sobre rieles

En una audiencia en la cartera laboral, los trabajadores lograron que se anule el acuerdo que cuestionaban, entre Metrovías y la UTA.

Después de cuatro días de paro, los subtes volverán a funcionar a partir de hoy. Así lo anunciaron anoche los delegados de Metrovías, que levantaron la medida luego de una larga negociación con representantes de la empresa y la UTA, en la que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, ofició de mediador. Según los trabajadores, la empresa aceptó reincorporar a alrededor de 100 trabajadores que habían sido despedidos el mismo viernes, como respuesta al paro. También acordaron que se pondrá en vigencia la jornada de seis horas para los trabajadores del subte y la formación de una comisión con miembros de cada sector para discutir la instalación de nuevas máquinas expendedoras de boletos, a la que los empleados se oponen.
El conflicto se había iniciado después de que la UTA sellara un acuerdo con la empresa, el jueves último, que establecía la jornada de trabajo de seis horas, a las que se sumaban horas complementarias, que la empresa pagaría como extra. “Eso impide la incorporación de más personal y hace que terminemos trabajando más horas”, explicó Leonardo Gerbasi, uno de los delegados. Ese acuerdo, dicen los trabajadores, fue firmado sin consultar al cuerpo de delegados. Por eso, el viernes por la tarde, los trabajadores decretaron un cese de actividades.
El acuerdo establecía que “hasta el 1º de julio se debía trabajar seis horas, más dos complementarias, y, después de esa fecha, se reduciría a una hora adicional que, aunque se pagaban como extra, significaba trabajar siete horas en las condiciones de insalubridad en las que nos encontramos”, detalló Gerbasi. En la reunión de ayer, la empresa aseguró “que esas horas complementarias serán optativas, con lo cual la jornada será efectivamente de seis horas”, manifestó Sergio Chiape, otro de los delegados, después del acuerdo.
La reunión entre el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, el encargado del área de subtes de la UTA, Ricardo Guaraschi, representantes de Metrovías y del cuerpo de delegados que impulsaron el paro comenzó ayer a las 17 y se prolongó por más de cuatro horas. Tomada actuó todo el tiempo como mediador: en una oficina se encontraba el representante de la UTA y la empresa, y en una contigua estaban los delegados de Metrovías; y el ministro se dedicó a trasladarse de una a otra para intercambiar propuestas entre ambas partes. Mientras, otro grupo de trabajadores aguardaba en la estación Congreso de Tucumán, a la expectativa de los resultados.
La reunión se concretó luego de que los delegados advirtieron que el paro podría prolongarse durante Semana Santa, si no había una respuesta positiva a sus reclamos. Incluso, el líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, Raúl Castells, había anunciado que estaba dispuesto a adherirse a la medida y movilizar a la agrupación hasta las cabeceras de los subtes. A tono, Rubén Sobrero, secretario general de la seccional Buenos Aires de la Unión de Ferroviarios (líneas Mitre y Sarmiento), había asegurado que de no llegar a un acuerdo, convocaría a una asamblea a los trabajadores que representa “para analizar las medidas a tomar”, entre las que no se descartaba el paro de trenes, a cargo de la empresa TBA.
Minutos antes de realizarse la reunión, un vocero de la compañía Metrovías había afirmado que la alternativa de suspender los despidos era “bienvenida” si era la “condición para reanudar el servicio”. Para los trabajadores, estas declaraciones se tradujeron en una puerta abierta a la negociación. La empresa había enviado el viernes último telegramas de despido “por abandono de trabajo” a unos cien trabajadores que habían adherido al paro iniciado ese mismo día a las 16.30. La medida fue impulsada por un sector de delegados de la compañía, opositores a la conducción de la UTA, en rechazo al acuerdo alcanzado el último jueves entre la empresa y el gremio en el Ministerio de Trabajo.
El acuerdo establecía la instalación de máquinas expendedoras de boletos, aunque la empresa había asegurado que esto “no provocará ningúndespido”. Sin embargo, el Cuerpo de Delegados se opuso: “Causará el despido de empleados porque la compañía reacomodará personal y eliminará la contratación de servicios tercerizados”, manifestó Chiape. Ahora, la comisión bipartita deberá discutir su posible instalación. Pese a que la conducción de UTA estaba en desacuerdo con la protesta, Guaraschi se acercó a la reunión para adherirse al reclamo de la reincorporación de los empleados.

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Los trabajadores celebraron como un triunfo la reincorporación de unos 100 despedidos.
 
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