SOCIEDAD › MARADONA TUVO UNA MEJORIA PERO
SEGUN LOS MEDICOS SU ESTADO AUN ES GRAVE

La salud de Diego, en zona de riesgo

El último parte médico dice que respondió al tratamiento farmacológico, que se estabilizaron su ritmo cardíaco y su presión arterial, pero que aún sigue con asistencia respiratoria, consecuencia de una neumonía. Hoy le sacarían el respirador artificial.

La salud de Diego Maradona tuvo ayer una mejoría, pero los médicos consultados anoche por Página/12 aseguraron que su estado aún es grave. Durante el día, finalmente reaccionó al tratamiento farmacológico: los medicamentos consiguieron estabilizar la presión arterial y el ritmo cardíaco. Aunque el respirador artificial todavía es imprescindible, el cuerpo médico de la Clínica Suizo Argentina intentará quitárselo hoy para observar las reacciones. Según el diagnóstico, Maradona sufrió una neumonía aspiratoria como consecuencia de los vómitos provocados por una presunta sobredosis de drogas que le disparó un cuadro de hipertensión y convulsiones. De acuerdo con los especialistas, la evolución dependerá ahora de su poderoso y ya probado sistema cardiovascular, uno de los pocos tesoros bien cuidados de su cuerpo. El presidente Néstor Kirchner se puso a disposición de la familia del Diez. Anoche, el pronóstico continuaba siendo reservado.
La crisis de Maradona es más delicada que la que sufrió en enero de 2000, durante la internación en la clínica Cantegril de Punta del Este. Esta vez el cuadro de descompensación cardíaca y respiratoria se complicó con una neumonía aspiratoria, una lesión que le produjo lesiones en la base del pulmón derecho y requirió del uso del respirador artificial.
La descompensación comenzó el domingo a la tarde, en una casa del country de General Rodríguez donde estaba parando. De acuerdo con los datos recogidos ayer por este diario, durante la permanencia en el lugar Diego sufrió convulsiones, presuntamente como efecto de la ingesta de drogas. En ese mismo sitio y no a la salida, tal como se dijo hasta ahora, sufrió una descompostura por la que su médico personal Alfredo Cahe decidió internarlo: “Cuando me llamaron –dijo ayer– lo encuentro febril, con náuseas, vómitos y una hipertensión realmente importante, con lo cual hice primeros auxilios e inmediatamente lo cargué en una ambulancia y lo interné”. Cahe preveía el diagnóstico: los vómitos son portadores de bacterias infecciosas y la aspiración terminó dañando el sistema respiratorio y colocándolo al borde de la muerte.
Durante la primera noche de internación los médicos de la Maternidad Suizo Argentina calculaban que no podían hacer un diagnóstico optimista hasta 24 horas después. En ese momento sabrían si su corazón soportaría el peso estabilizador de las drogas. Ayer a las 18, con ese plazo cumplido, el corazón de Diego respondió a las medicinas y el ritmo cardíaco se estabilizó, lo mismo que su presión arterial.
“La evolución hemodinámica ha sido satisfactoria hasta el momento”, indicó la dirección de la clínica en el parte entregado a las 12.30. “Con normalización sostenida de la presión arterial y buena diuresis bajo drogas intrópicas”, agrega el comunicado. Pasado en limpio, la normalización de la presión arterial y del ritmo cardíaco no se produjo de modo natural sino por la presencia de fármacos. El dato fue una de las razones del optimismo de los médicos: el día anterior su organismo no había reaccionado a las medicinas.
En este momento, la afección pulmonar es la causa por la que Diego no puede respirar solo. La neumonía aspirativa, tal como se conoce técnicamente, se produce cuando un sujeto no tiene reflejos, como la tos, para expulsar el vómito y termina aspirándolo. “Esas sustancias contienen ácido clorhídrico que se aloja en el estómago y en el pulmón, que ha quedado muy dañado”, le explicó a Página/12 Roberto Abalos, uno de los antiguos psiquiatras de Diego Maradona.
El otro problema de Diego es el estado del corazón. Un pico de presión y la recaída generaron un cuadro de insuficiencia cardíaca que complicó su cardiopatía crónica. Abalos está convencido de que el episodio está directamente vinculado a los efectos del consumo de drogas. “Un episodio como éste –dice– no se hubiese producido hace cuatro años: ahora su corazón está severamente afectado y bajo tratamiento.”
Tras la estadía en Punta del Este, Maradona pasó un tiempo internado en la Clínica Sacré Coeur, del barrio Belgrano. Abalos siguió de cerca aqueltratamiento: “Ya tenía miocardiopatía dilatada, con una insuficiencia relativa, estaba compensado pero cualquier situación de exigencia podía descompensarlo”, dice. Abalos fue el especialista que recomendó a Maradona el tratamiento de recuperación en Cuba. “Había sólo tres lugares posibles –indicó–: Canadá, Estados Unidos o Cuba.” Según Cahe, la medicación que le enviaban a Cuba en los últimos meses “no estaba funcionando bien y hubo que ajustarla”. Por ese motivo “ahora yo lo veía todos los días”, contó.
¿Qué pasará con Maradona? Anoche su médico parecía optimista. En la puerta de la clínica aseguró que “tuvo una franca mejoría”. Aun así fue muy cuidadoso con el diagnóstico: “No han pasado las horas críticas”.
Un poco más optimista fue Roberto Perfumo. Ubicado en los alrededores de la clínica, el secretario de Deportes de la Nación adelantó que durante el día de hoy intentarían sacarle el respirador.
La respuesta de Diego será vital para adelantar lo que vendrá: “Excepto que la hipertensión haya dañado el sistema nervioso central, el pulmón y el corazón pueden recuperarse”, evaluaba Abalos ante la consulta de Página/12. “El respirador es muy complicado, pero lo único que tiene Diego como garantía es su sistema cardiovascular, en ese sentido era un dotado”. Diego nunca fumó y los especialistas lo consideran en ese sentido –aun hoy– como un deportista de elite.
“¿Si aún está al borde de la muerte?”, repregunta Abalos y responde: “Sí: está tan al borde de la muerte como lo estuvo en Punta del Este, solo que en ese caso no había neumonía aspirativa”.
El parte oficial del sanatorio no menciona en ninguna línea la hipótesis del consumo de drogas. Los informes se repiten desde hace dos días a pedido de la familia. Y también a pedido de los Maradona, el sanatorio sólo da la información que “expresamente la familia autoriza a emitir”.
Tal vez por eso no aparece mencionado el tipo de sustancia consumida, si la hubo. Lo cierto es que el consumo de cocaína genera entre sus efectos aumento de la presión arterial: “¿Por qué aumentó la presión?: pudo haber padecido una crisis hipertensiva como cualquier cristiano o por una recaída en el consumo”, explica José Capece, psiquiatra especialista en adicciones.
Los rumores de una sobredosis –negada enfáticamente por el doctor Cahe–, el silencio de los familiares, el pánico a la idea de pronunciar esa palabra se trasformaron en estos días en un problema moral: “La palabra cocaína les sirve a los derechosos para inculpar, y los progres se cuidan por si no tiene que ver: pero estamos hablando de una enfermedad, y no de un pecado”, dice Capece.

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Centenares de personas se congregaron frente a la Clínica Suizo Argentina a la espera de novedades.
 
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