SOCIEDAD › MARADONA YA NO TIENE TRABAS JUDICIALES PARA SALIR DEL PAIS

Viajar o no viajar es la cuestión

Nadie de la familia apeló el fallo de la Justicia, por lo que la medida quedó firme. El futbolista podría volar hoy mismo a Cuba, pero lo cierto es que ahora duda en irse, porque ya logró aquí un cierto grado de libertad de acción. Uno de los médicos que lo atienden advirtió que su principal problema actual es el descontrol alimentario que puede incidir en el corazón.

 Por Raúl Kollmann

Ya liberadas las trabas judiciales, tal vez Diego Armando Maradona parta hacia Cuba hoy, pero lo hará en un estado de alto riesgo. Según los médicos que lo trataron en los últimos días, la situación del Diez es de máximo descontrol en el aspecto del que depende su vida: el cuidado del corazón. Los especialistas creen que ni siquiera el consumo de cocaína es en este momento el riesgo mayor, sino el abandono total de la dieta, con ingestas de grasas y sal del mismo nivel que cuando estuvo al borde de la muerte y tuvo que ser llevado en grave estado a la Clínica SuizoArgentina. En una sola tarde-noche, Maradona consumió cuatro sandwiches de hamburguesa, chivito y milanesa con papas fritas; los médicos afirman que su sobrepeso nuevamente lo pone al borde del precipicio y en las últimas semanas el descontrol se verifica también en que entra y sale de la Clínica del Parque cuando él lo decide. Un síntoma de las complicaciones de salud fue la nueva internación a la que hubo que recurrir el sábado a la noche por problemas pulmonares. Lo concreto es que esta situación de libertad-descontrol de la que ahora goza en Buenos Aires le ha hecho incluso dudar del viaje a Cuba. “La decisión sobre sus próximos pasos la tiene él. Es grande, ya tiene más de 40 años, y no se lo puede mantener encerrado de por vida contra su voluntad ni decirle todo el tiempo lo que debe hacer. El sabe que su vida corre riesgos”, redondeó uno de los médicos que lo atienden.
Ayer por la mañana quedó firme el fallo del Tribunal de Familia de Morón, ya que nadie apeló la decisión de los magistrados de permitirle salir al exterior, es decir a Cuba. El plan es que allí Maradona se interne en el centro médico Censam, de La Habana, una comunidad cerrada como lo exigía el fallo judicial. Además, los jueces pusieron como condición que dos familiares lo acompañen: en el expediente figuran su padre, don Diego, y su hermana Ana, pero todo indica que tendrán poca incidencia. Es más, se dice que ni siquiera viajarían en el mismo avión que el ex capitán del seleccionado.
En verdad, Diego también está en un régimen de comunidad cerrada en la Clínica del Parque, pero en las últimas dos semanas se ha movido a su gusto, lo que derivó en un abandono de cualquier orden en materia alimentaria. Maradona come, en cantidades inusitadas, alimentos con alto contenido de grasas y sal, lo que constituye un verdadero atentado contra la salud de su corazón. “Si Maradona consume cocaína –razonan en el equipo que lo atiende–, sería una regresión de toda la etapa de desintoxicación de los últimos cuatro meses. Pero no necesariamente ese factor haría peligrar su vida. Si, en cambio, como está sucediendo, deja de lado los criterios más elementales en lo que tiene que ver con una alimentación adecuada para un corazón enfermo, el riesgo de vida es inmenso.”
En general los especialistas no se meten en la interna que se hizo mucho más pública en las últimas semanas. De un lado están el médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, y el abogado que el mismo Cahe designó, Héctor Leguizamón, que han pujado por llevarlo a Cuba. Del otro lado, la familia de Maradona, incluyendo sus padres, sus hermanos y Claudia Villafañe, en representación de las hijas, que han bregado por una internación en algún lugar en el país. Es más, los galenos coinciden en que la Clínica del Parque no es ya un lugar adecuado para que Maradona siga un tratamiento, no sólo porque es un neuropsiquiátrico –no un lugar de recuperación de adictos–, sino también porque el Diez necesita caminar, realizar actividad física controlada y mejorar su estado de salud. Tampoco los médicos se pronuncian sobre si debe quedarse en la Argentina o viajar a Cuba: “El debe tomar la decisión, está en su derecho”.
El único alerta que deriva de quienes lo atienden es que en la Argentina o en Cuba el cuadro cardíaco es más que peligroso, teniendo en cuenta el actual nivel de descontrol. No serviría –dicen los especialistas– que se quede en el país y mantenga el ritmo actual de desorden alimentario ni tampoco que viaje a Cuba y allá continúe consumiendo sal y grasas. “Crudamente, hay que decir que aquella neumonía, que lo tuvo al borde del knock out y de la que lo rescataron en la Suizo-Argentina, y el estado actual de su corazón, están ahí como una amenaza muy pero muy seria”, concluyeron los especialistas.

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Diego fue a Boca y comió cuatro sandwiches de hamburguesa, chivito y milanesa con papas fritas.
 
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