SOCIEDAD › EL MINISTERIO DE SALUD CERTIFICARA LAS EMPRESAS DONDE NO SE FUME

Para ir al trabajo libre de humo

Las empresas, que serán inscriptas en un registro que podrá consultarse en Internet, podrían tener beneficios en los seguros y ante eventuales juicios de empleados que enfermen. En tres días, ya se anotaron cien firmas. El ministerio acreditará las condiciones ambientales.

 Por Pedro Lipcovich

En sólo tres días, cien compañías se inscribieron en el Registro Nacional de Empresas Libres de Humo de Tabaco que inauguró el lunes el Ministerio de Salud de la Nación. El ministerio se hará cargo de certificar y acreditar la condición de cada empresa y el listado completo podrá consultarse por Internet. La certificación podría bajar los gastos de las empresas en aseguradoras de riesgos de trabajo y evitarles demandas judiciales de personas que enfermen por efectos del humo ambiental. Con la apertura del registro, el reconocimiento de los daños para el fumador pasivo se convierte en política de Estado en la Argentina, lo cual está en línea con crecientes evidencias. Un estudio reciente encontró que el riesgo de cáncer de pulmón sube entre el 16 y el 27 por ciento para personas expuestas al humo de segunda mano. Otra, efectuada en una localidad donde se había prohibido fumar en lugares públicos por seis meses, registró que las internaciones por infartos bajaron más del 50 por ciento en ese período. El vocero de una importante compañía tabacalera en la Argentina admitió que el tabaco ambiental puede afectar a mujeres embarazadas al punto de provocar bajo peso del bebé al nacer, pero sostuvo que “hay sistemas de ventilación que permiten obtener aire libre de humo, como si nadie estuviera fumando”.
El Registro funciona desde el lunes pasado y las empresas pueden inscribirse por Internet (www. msal.gov.ar). “Es similar a otros que funcionan en Brasil y Chile, así como en Europa y Estados Unidos”, comentó Mario Virgolini, titular del Programa Vigía, del Ministerio de Salud de la Nación. En una primera etapa, la presencia de una empresa en el registro “beneficia su imagen al reconocer su acción por la salud de sus trabajadores; en el futuro, es previsible que las aseguradoras de riesgos del trabajo ofrezcan primas diferenciales”. Virgolini destacó que “en los primeros tres días ya se inscribieron casi cien empresas”, que recibirán la visita de funcionarios del ministerio para su acreditación.
La página web del ministerio incluye un cuestionario donde las empresas se inscriben en distintos “niveles de restricción”, que van desde la máxima –“no se permite fumar en ningún espacio ni en vehículos de la empresa”– hasta la restricción mínima –“se permite fumar en áreas no separadas estructuralmente de las áreas de no fumadores, como halls o pasillos”–. De todos modos, observó Virgolini, “lo único que garantiza el éxito es que la empresa llegue a ser ciento por ciento libre de humo; las otras alternativas pueden servir como etapas transitorias”.
El lunes y el martes próximos, el ministerio efectuará las Jornadas Nacionales de Capacitación para el Desarrollo de Empresas Libres de Humo de Tabaco, para representantes de las empresas interesadas.
Raúl Mejía –especialista del programa de medicina interna general del Hospital de Clínicas– comentó que “la difusión de los efectos del humo de tabaco ambiental empezó hace más de diez años, cuando gremios de azafatas en Estados Unidos ganaron demandas millonarias contra las compañías aéreas, que desde entonces prohibieron fumar en los vuelos. La creciente evidencia hace probable que también en la Argentina los trabajadores entablen juicios a empresas que no los protejan”.
Un estudio publicado en el International Journal of Cancer y reseñado por Roger Dobson examinó 1263 casos de pacientes que padecían cáncer de pulmón sin haber fumado nunca, en Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Italia, Suecia, Francia, España y Portugal. El estudio –financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la Comisión Europea y otras agencias– correlacionó sus datos con la exposición al humo de tabaco en el lugar de trabajo y también con la “exposición marital” de quienes conviven con un fumador. Para el lugar de trabajo, el riesgo de cáncer de pulmón fue 16 por ciento superior, y 27 superior en quienes habían estado expuestos por “largo plazo”, en comparación con personas no expuestas. Para la “exposición marital” el riesgo fue 18 por ciento superior, y 23 por ciento superior en el largo plazo. Otra investigación reciente –dirigida por Richard Sargent y publicada en el British Medical Journal– se efectuó en la localidad de Helena, del estado norteamericano de Montana, donde una reglamentación que había prohibido fumar en lugares públicos fue derogada a los seis meses por orden judicial: esto permitió comparar las tasas de internación por infarto de miocardio antes, durante y después: durante esos seis meses, “la cantidad de internaciones bajó un cuarenta por ciento, en comparación con los mismos meses en los años anteriores y posteriores”. Esto se vincula con que “el humo de tabaco ambiental causa, dentro de los 30 minutos de inhalado, cambios cardiovasculares que incrementan el riesgo de infarto de miocardio”.
Leonardo Scarone, gerente de asuntos empresarios de Nobleza Piccardo, admitió a este diario que “mujeres embarazadas, en contacto con un exceso de humo de tabaco ambiental, pueden dar a luz bebés con bajo peso” y que “ese humo también puede ser causal de riesgo en menores de edad”. Sin embargo, estimó que “hay sistemas de ventilación que permiten obtener aire libre de humo, como si nadie estuviera fumando” y sostuvo que “si una empresa no instala uno de estos sistemas, debería habilitar un espacio donde se pudiera fumar”.

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El riesgo de cáncer de pulmón sube entre el 16 y el 27 por ciento para fumadores pasivos.
 
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