SOCIEDAD › ABSUELVEN AL POLICIA QUE DEJO PARAPLEJICA A UNA JOVEN

“Impunidad para un gatillo fácil”

El policía la baleó cuando perseguía a tres ladrones. Para los jueces, la herida la produjo una bala que rebotó. La víctima apelará.

La Justicia absolvió ayer al policía que, hace tres años, cuando se tiroteaba con asaltantes en Quilmes, baleó a una estudiante que quedó paralítica. La decisión fue adoptada por el Tribunal Oral Nº 3 de Quilmes, que, al mismo tiempo, condenó a 16 y 17 años de prisión a los asaltantes, que habían irrumpido en un local de comidas rápidas. La víctima, Carla Lacorte, quien, en su silla de ruedas, se hallaba presente en el juicio, protestó de viva voz y, junto con sus familiares, se retiró de la sala, que luego fue desalojada por orden de los jueces. Los abogados de Carla habían pedido que el policía fuese condenado por intento de homicidio y el fiscal había solicitado que se lo condenara a cinco años de cárcel por lesiones graves con “dolo eventual”. Los jueces que dictaron la absolución se basaron en un peritaje según el cual el balazo había sido resultado de “un rebote”. Pero, según la abogada de la víctima, “esos mismos peritos durante tres años no hablaron de ‘rebote’ y ahora dan esa versión para favorecer al acusado”. Carla Lacorte sostuvo que “hay un Poder Judicial que está al servicio del gatillo fácil” y afirmó que “hay 1600 casos impunes” por abusos policiales. Sus defensores apelarán ante la Cámara de Casación bonaerense.
“¡Justicia!”, empezaron a pedir a gritos los familiares y amigos de la víctima cuando, todavía durante la lectura del fallo, se hizo evidente que el ex oficial ayudante Ignacio Salmo, de la Policía Bonaerense, iba a ser absuelto del cargo de “homicidio culposo”. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de Quilmes –integrado por Alicia Anache, Armando Topalian y Oscar Hergott– dispuso interrumpir la lectura mientras los familiares se retiraban.
Los jueces basaron su fallo en el peritaje efectuado por Juan Carlos Alfano, Roberto Seijas y María Quiroga, de la Asesoría Pericial de La Plata, quienes determinaron que el proyectil “antes de entrar en el cuerpo de la víctima ha impactado en un elemento duro y abrasivo que no se corresponde con parte del cuerpo humano” y que habría alterado su trayectoria.
Según María Aída Bassi, abogada de Carla Lacorte, “el fallo es bochornoso y nos tomó de sorpresa: como mínimo especulábamos con una condena por lesiones culposas; se trata de alguien que le tiró por la espalda a una persona desarmada”. Bassi sostuvo que “el informe oficial, que los peritos presentaron por escrito durante la etapa de instrucción, en ningún lugar hablaba de ‘rebote del proyectil’. Recién en el juicio oral, 48 horas antes de los alegatos, los peritos introdujeron el tema del rebote, que es falaz y está plagado de contradicciones. Estos peritos son ex integrantes de la policía y trataron de ayudar a Salmo. La verdad es que fue un tiro directo: Salmo la consideró sospechosa y le disparó”.
Carla misma recordó que, “cuando me caí al piso, los policías vinieron y me gritaban: ‘Vos estás con los chorros, sos campana. Me patearon y me tiraron de los pelos mientras estaba tirada”, recordaba Carla. La joven –miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, Ceprodh– afirmó que “hay un Poder Judicial al servicio del gatillo fácil” y manifestó que “hay 1600 casos de gatillo fácil impunes. Este fallo sienta un precedente horrible porque esta gente sale, mata y no pasa nada”.
El 1º de junio de 2001, Carla, que tenía 29 años, volvía a su barrio de Quilmes desde la facultad de la UBA donde estudiaba veterinaria. Había bajado del ómnibus y caminaba por la avenida Mitre, cerca del cruce con Brandsen, cuando un balazo le perforó la columna vertebral.
Se constató que el disparo había partido del arma de Salmo, quien disparaba contra tres hombres que habían robado en el McDonald’s de Mitre y Brandsen.
Todo había empezado cuando los tres asaltantes bajaron de un Peugeot 206, robado, y entraron en el McDonald’s, donde amenazaron a los empleados y se llevaron dinero. En una estación de servicio, cargando nafta, estaba Salmo junto con el comisario inspector Jorge Ismael Pagano y el ayudante Maximiliano Gastón Ferraris. Todos trabajaban en la comisaría sexta, deEzpeleta, sin jurisdicción en esa zona, e iban “a comer una pizza en el río”, según declararon después.
Los tres policías –luego de que en Quilmes se efectuaran varias marchas de protesta– fueron trasladados a la Jefatura de La Plata para cumplir “tareas administrativas”. En agosto pasado, Salmo fue exonerado por decisión del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
En el mismo fallo que se dio a conocer ayer, los jueces decidieron condenar a los asaltantes del McDonald’s. Gerardo Medrano y Damián Herrera recibieron 17 años de cárcel por el delito de “robo doblemente calificado por haberlo cometido con armas y en poblado y en banda, privación ilegítima de la libertad –por haber tomado a una mujer y su hija de 13 meses como rehenes– y tenencia de arma de guerra”. Pablo Garro fue condenado a 16 años por “robo doblemente calificado, con armas y en poblado y en banda”. Para este último, el fiscal había pedido sólo 10 años de cárcel.
La abogada Bassi anticipó que “ejerceremos el derecho del particular damnificado de presentar un recurso de casación”.

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El ex oficial ayudante Ignacio Salmo, absuelto por la Justicia.
 
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