SOCIEDAD

Creen que cuatro chicos se contagiaron en una colonia

Padecen síndrome urémico hemolítico, una enfermedad que afecta el aparato renal. Tras analizar el agua de la pileta, las autoridades porteñas la clausuraron preventivamente.

El síndrome urémico hemolítico, provocado por la bacteria escherichia coli, volvió a hacer su aparición. Pero esta vez no llegó de la mano de la carne mal cocinada: cuatro chicos se habrían contagiado por tragar agua de una pileta en una colonia de vacaciones privada del barrio de Caballito. Los análisis realizados por dos áreas del Gobierno de la Ciudad demostraron que el agua tenía “presencia de toxina que podría provocar el síndrome”. La pileta fue clausurada de manera preventiva.
Los tres varones y la nena –uno de ellos tiene dos años y el resto tres— comenzaron a tener diarrea con sangre, vómitos y dolores a principios de febrero. Según relató a Página/12 Víctor Creatore, titular de la colonia del Instituto Sudamericano Modelo, un padre se acercó para contarles que su nene presentaba los síntomas. “Empezamos a llamar a las familias de los chicos –explicó–. Encontramos que había otros tres en la misma situación, que estaban recibiendo atención médica.” Para Creatore, lo más probable es que se haya producido “un accidente fecal” de alguno de los nenes que concurren, y que después los chicos afectados hayan tragado ese agua de manera involuntaria.
Samuel Halson representa legalmente a las familias de dos de los niños. Ante este diario, señaló que los responsables del espacio “supieron desde el 11 de febrero lo que sucedía, pero la pileta recién fue clausurada el 16”. En las colonias privadas, los dueños deben realizar cuatro controles físico-químicos diarios sobre el agua. Cada quince días deben hacer uno de corte bacteriológico. En tanto, desde el gobierno porteño se realizan controles “sorpresivos”. Uno de ellos se hizo en el instituto el 20 de enero y no reveló problemas en el agua de la pileta.
Cuando tres de los nenes ingresaron al Hospital Gutiérrez, con el mismo diagnóstico, y teniendo en cuenta que habían compartido un espacio, desde el área de salud de la ciudad comenzó un seguimiento epidemiológico. El procedimiento se hace aunque no haya denuncias de por medio y sirve para saber cuáles fueron las vías de contagio. Por este camino fue que personal de la Dirección de Control Ambiental y de la de Higiene llegó a la colonia para tomar muestras del agua. El 16 se clausuró la pileta y al día si- guiente se ratificó la medida, cuando los análisis de Higiene “hallaron toxina que podría provocar el síndrome urémico hemolítico”. Los de Control Ambiental encontraron que “el agua está fuera de los parámetros bacteriológicos”. Pero una fuente oficial aclaró que no se pudo aislar Escherichia coli.
La hipótesis de que la bacteria llegó por alguna comida fue “descartada, pero no totalmente”, por el abogado de las dos familias cuyos hijos sufrieron el síndrome. En este sentido, el letrado apuntó que “en principio, uno de los chicos nunca comía en la colonia”. Ayer el Gobierno de la Ciudad dio a conocer un breve informe sobre el tema en el que se pronuncia en sintonía con esta postura. “Los alimentos que se brindaron en la colonia no serían causantes de la enfermedad, ya que las cocinas funcionaban perfectamente y además la mayoría de los niños llevaba vianda”, se indicó.

Informe: Daniela Bordón.

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La pileta del Instituto Sudamericano Modelo fue cerrada.
 
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