SOCIEDAD › A DOS MESES DE SU MISTERIOSA DESAPARICION

Un acto por Florencia Penacci

 Por Raúl Kollmann

A las 7 de la mañana del miércoles 16 de marzo, Florencia Penacci llegó hasta un kiosco ubicado a pocos metros de su casa. Allí compró una lata de cerveza. Y nunca más se supo de ella. Sus familiares y amigos convocan para hoy, a las 19, en la Plaza Houssay, a un acto en el que reclamarán por la aparición de la joven: “Las personas no desaparecen por arte de magia. Alguien sabe dónde está María Florencia y no lo dice. Alguien es responsable”, dice la convocatoria. La Unidad Antisecuestros de la Policía Federal, el juzgado, la Red Solidaria y la Comisión Esperanza la buscan, pero reina el desconcierto y el pesimismo.
Desde el primer momento, las hipótesis eran dos: que la joven neuquina se hubiera ido por propia decisión o que alguien le haya hecho daño. Respecto de una huida voluntaria, hay indicios menores y datos fuertes que van en contra de esa teoría. Florencia llamó a su jefe en el Instituto de la Vivienda porteño, lugar en el que trabajaba, y le dijo que se sentía mal, por lo cual iría al hospital Fernández a hacerse ver. En el Fernández no se encontraron rastros de su paso por allí, pero tampoco hay evidencias de que usara esa excusa para borrarse por un largo tiempo. No se llevó documento alguno, no se llevó ropa, no llamó ni siquiera a una amiga, algo que suelen hacer quienes quieren hacer un cambio brusco en su vida. En la hipótesis de que se hubiera ido voluntariamente, puede tener que ver la relación tumultuosa que mantenía con su hermano, con quien compartía el departamento en Palermo. Sin embargo, a los investigadores esta variante les parece poco probable.
La otra hipótesis, la de que alguien le haya hecho daño, podría vincularse con datos que constan en la causa judicial. Según los elementos reunicos en el expediente, Florencia tenía una intensa vida nocturna y variadas relaciones construidas en distintos boliches. En la causa figura un diario íntimo en el que ella hace un relato de esas experiencias, a lo que se suma el seguimiento de las últimas llamadas hechas desde su celular, mudo desde su desaparición. Para los investigadores, ésta es la variante pesimista, pero la que hoy tiene mayor peso.
Juan Carr, de la Red Solidaria, está asombrado: “Otras veces recibimos llamadas, algún dato, aunque sea equivocado. En el caso Florencia, hablamos por televisión, el equipo de River salió el sábado a la cancha con una bandera y no recibimos ni una llamada”, dijo a Página/12. Por su parte, María Ester Cohen, de la Comisión Esperanza, especializada en la búsqueda de personas, pidió autorización –y la obtuvo– para hacer una inspección de la Facultad de Ciencias Económicas. Florencia militaba en la agrupación TNT, enfrentada a Franja Morada, y sus amigas dicen que fue amenazada tres veces. La revisión se hizo en los sectores de la facultad en desuso y no se encontró rastro alguno.

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