SOCIEDAD › SON LOS QUE TIENEN LAS LLAVES DE ACCESO A LAS CAJAS

La lupa sobre cuatro del banco

Aunque aún no haya pistas concretas, las sospechas sobre el robo a las cajas de seguridad del Banco Nación se cierran sobre un círculo cada vez menor de empleados. Son, de acuerdo a fuentes judiciales, sólo cuatro los bancarios que tienen acceso al sector de la bóveda donde se encuentran las cajas. Al mismo tiempo, el fiscal federal Carlos Cearras pidió el listado de clientes que concurrieron a depositar o retirar bienes de sus cajas en el período en que se estima se cometió el robo, con la idea de que alguno podría haber participado del golpe. Para no descuidar ningún flanco, el lunes ya había solicitado el listado de uniformados que estuvo de custodia esos días. Ayer, dos de los damnificados declararon ante el juez federal Norberto Oyarbide. Hoy lo harán otros tres. Del video de seguridad aún se sabe poco y nada porque, por más que no pueda creerse, las imágenes deben ser copiadas al sistema VHS para que la Justicia las pueda analizar.
Durante alrededor de dos horas, el director de seguridad del Nación, Jorge Brunet, declaró ante el juez Oyarbide y proporcionó el listado de empleados con acceso directo a la bóveda. Según revelaron fuentes de la investigación, sólo cuatro empleados cuentan con la llave de acceso al sector. Brunet describió con detalles el funcionamiento del sistema de seguridad de la entidad, que depende de él pero que está a cargo de policías de distintas comisarías que brindan servicios adicionales. Brunet amplió de ese modo las descripciones del sistema de seguridad que ya había anticipado el día anterior la presidenta del Banco Nación, Felisa Miceli. Después de Brunet, declaró ante Oyarbide el jefe del área de cajas de seguridad del banco, cuya identidad no trascendió.
Los investigadores ahora están detrás de los bienes y el ritmo de vida de los empleados de la lista de sospechosos, buscando detectar cambios bruscos en sus gastos, inversiones, alguna pista que permita subrayar las sospechas.
Pero las sospechas no sólo se concentran sobre los empleados. El fiscal Cearras ya requirió el lunes pasado a Oyarbide un listado de los uniformados que estuvieron de consigna durante el período en que se realizó el robo, que, por el momento, es una verdadera incógnita. Los investigadores sólo tienen como certera la fecha en que una damnificada presentó la denuncia, durante la semana posterior al Día del Padre. La sospecha es que el robo ocurrió durante ese fin de semana largo.
Pero las sospechas van por más. Ayer, Cearras pidió conocer todos los clientes que durante esos días ingresaron a la bóveda para retirar o depositar bienes en su caja de seguridad.
Ayer, Oyarbide tomó declaración a dos de los damnificados que compartían una misma caja. Hoy serán interrogados otros tres titulares. Una vez que concluyan las declaraciones, Oyarbide tiene previsto realizar una inspección ocular a la bóveda. Por otro lado, queda pendiente la inspección ocular del video de seguridad por un absurdo: aparentemente, las filmaciones de los movimientos en el sector deben ser pasadas al sistema VHS para que se puedan analizar.

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