SOCIEDAD

El ex novio de la médica baleada pasó a estar en el centro de las sospechas

El fiscal pidió la detención de Agustín Arrien, ex pareja de la víctima. Su defensor apeló y, por ahora, sigue libre. Después de recibir las pericias telefónicas que apuntan en su contra, su abogado renunció. La médica sigue muy grave.

La ex pareja de Ana María Rossi, la médica nutricionista hallada gravemente herida de tres balazos en la madrugada del martes pasado, se encuentra en una situación cada vez más comprometida. Agustín Arrien, quien en un primer momento había denunciado que junto a su pareja habían sido víctimas de un robo seguido de un secuestro, recibió ayer sólo malas noticias. Por un lado, el fiscal de la causa, Marcelo Martini, pidió su detención y el juez de Garantías platense Federico Atencio rechazó el pedido de eximición de prisión que la defensa había presentado el mismo martes. Además, el magistrado ordenó allanar su vivienda en busca de pruebas para la investigación. Como si eso fuera poco, renunció su abogado defensor. Mientras tanto, Rossi continúa internada en grave estado.
Las sospechas que pesan sobre Arrien, un visitador médico de 46 años, toman cada vez mayor fuerza. En la causa entró como denunciante. En ese papel dijo a la policía y al fiscal que él y su novia habían sido abordados por un delincuente armado cuando transitaban en su auto por el Camino Centenario hacia la ciudad de La Plata. Según su relato, el asaltante les pidió dinero y lo obligó a bajarse, para después huir hacia Villa Elisa con Ana María a bordo.
Pero no le creyeron. Primero desconfió el fiscal, quien ordenó su captura por “supuesta tentativa de homicidio”. El siguiente incrédulo fue el juez, al rechazar la eximición de prisión solicitada por la defensa de Arrien el martes y ordenar el allanamiento de su casa, en el cruce de las calles 2 y 37, de Villa Elisa. No obstante, la captura no se hizo efectiva debido a una apelación presentada ante la Cámara Penal, encargada de decidir el futuro del sospechoso.
Para pedir la detención, el fiscal tuvo en cuenta los testimonios de la familia y de amigos de Rossi. Según ellos, Arrien ya no es su pareja, sino que están distanciados desde hace tres meses. La separación fue en julio, cuando ella decidió retomar la relación con su esposo, Daniel Stupiello, con quien tiene tres hijos.
Los familiares, que a partir de hoy se constituirán como querellantes en la causa, además denunciaron que Rossi había sido víctima de “acosos, persecuciones e intimidaciones” por parte de Arrien. Y agregaron que “el matrimonio nunca dejó de vivir en un mismo hogar” y está atravesando “un proceso de reconciliación”.
“Estamos convencidos de que fue Arrien el que la atacó y esperamos que la Justicia lo detenga”, reclamó Marina Rossi, hermana de Ana María.
En los testimonios que figuran en la causa se detalla que la nutricionista había sido amenazada de muerte por su ex pareja, quien en una oportunidad le había apuntado con un arma de fuego.
Por otra parte, en la declaración de Arrien hay hechos que no quedaron totalmente explicados para la fiscalía. De acuerdo con sus dichos, desde que el delincuente presuntamente lo interceptó hasta que él logró hacer la denuncia transcurrieron unos 50 minutos en los que caminó hasta la comisaría. Sin embargo, al llegar sus ropas estaban secas a pesar de la llovizna de esa noche, lo que llamó la atención de los investigadores.
A eso se suma que según fuentes de la investigación las pericias llevadas a cabo para rastrear las llamadas por celular que realizó durante la madrugada de los sucesos no coinciden con lo que Arrien declaró. Los llamados se hicieron desde lugares diferentes a los que dijo haber recorrido. Casualmente, después de recibir las pericias, el abogado de Arrien, Marcelo Peña, decidió renunciar a la defensa de su asistido.
Hasta la tarde de ayer, cuando Peña aún era el defensor de Arrien, señaló a Página/12 que “el fiscal sólo contaba con elementos testimoniales para hacer el pedido de detención”. Más tarde, sólo se limitó a señalar algunas “diferencias con mi asistido”, y que esas diferencias eran las que lo llevaban a alejarse del caso.
En tanto, Ana María continuaba en coma y asistida por un respirador artificial como consecuencia de los tres balazos que recibió, uno en su pecho y dos en la cabeza. Su estado seguía siendo de gravedad, aunque, según los médicos que la atienden, “presenta una leve mejoría”. La esperanza de los médicos y los familiares reside en que se descomprima un hematoma provocado por uno de los proyectiles alojados en su cabeza. Posiblemente Arrien esté aguardando la misma evolución.

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Ayer, la suerte de Arrien se mostró esquiva: ordenaron su detención y lo abandonó el abogado.
 
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