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La tormenta que azotó el área metropolitana en la madrugada de ayer logró aplacar el infierno que sofocó la ciudad, con 34 grados, pero generó trastornos de pesadilla. Es que los fuertes vientos, las lluvias y hasta los rayos fueron causa de la muerte de dos personas, la caída de más de cuatro decenas de árboles y algunos postes, el anegamiento de varias zonas de la Capital Federal, la interrupción del servicio de energía eléctrica en diversos sectores de Capital y Gran Buenos Aires y hasta la caída de mampostería en la Casa Rosada.
El traspaso desde una clase de infierno a otra se produjo entre las 3.45 y las 6 de la mañana, cuando las tormentas dejaron en la ciudad 16 milímetros de precipitaciones. Tanta agua provocó las clásicas inundaciones en La Boca y en el cruce de Juan B. Justo y Camargo, en Villa Crespo. En parte, la acumulación de agua se debió a que 14 sumideros estaban tapados con basura.
El paisaje se configuró también con 42 árboles derribados en toda la ciudad por ráfagas de viento que hicieron de las suyas. Uno de ellos no quiso caer solo y en su recorrido hacia el piso arrastró una columna de TV por cable, que a su vez se desplomó sobre un automóvil estacionado en Valentín Virasoro al 800, en Parque Centenario. La Subsecretaría de Emergencias informó que otro árbol aplastó un taxi en Superí al 3500, en Núñez. Más ejemplares se precipitaron en los barrios de Caballito, Villa Soldati y Flores, lo que hizo que un centenar de operarios del gobierno de la ciudad rastrillara las calles para liberarlas.
Como consecuencia del temporal hubo cortes de electricidad en diez barrios porteños: Belgrano, Flores, Villa Urquiza, Villa del Parque, Villa Devoto, Villa Pueyrredón, Caballito, Villa Crespo, Barrio Norte y Mataderos. Estos se sumaron a los provocados por el calor (ver página 2). Miles de usuarios de Edenor, del Norte y el Oeste del conurbano, se quedaron sin electricidad en la mañana de ayer debido a fallas técnicas que la empresa atribuyó a problemas en el sistema de media tensión ocasionados por la tormenta. Así, estuvieron afectadas zonas de las localidades de Las Heras, Marcos Paz, Castelar, Morón, Isidro Casanova, Rafael Castillo y Villa Luzuriaga.
Como parte de los efectos de la tormenta, en Ituzaingó murió electrocutado Ramón Antonio Bustos, subteniente de la DDI de San Isidro, quien quiso retirar una chapa que había caído sobre su camioneta sin notar que sobre ella había quedado un cable de electricidad arrancado por el viento. Otra víctima fatal fue César Alberto Chávez, un joven de 18 años que fue alcanzado por un rayo mientras cabalgaba en el campo El Tambo, del partido bonaerense de General Villegas.
Los desastres del temporal no sólo afectaron a los ciudadanos de a pie. La tormenta hizo caer parte de la mampostería de la Casa de Gobierno. El inconveniente tuvo lugar en la Dirección de la Secretaría de Legal y Técnica de la Presidencia, donde trabajan unas 25 personas, aunque todavía no había llegado ninguno. Más allá de la abundante lluvia, la Rosada parece no estar en su mejor momento, ya que algunos de sus trabajadores señalaron que un hecho similar ocurrió hace unos diez días, sin temporal.
Previa a su llegada al Gran Buenos Aires, ráfagas de unos 100 kilómetros por hora volaron techos de viviendas y galpones y rompieron silos en la localidad de Coronel Dorrego. Mientras que en la provincia de Córdoba, lluvias, vientos y granizo arrancaron árboles y causaron cortes de electricidad.
Tras abandonar la metrópolis, y con aires federalistas, en la ciudad entrerriana de Paraná la lluvia dejó 79,6 milímetros de agua en tan solo cuatro horas, anegando varias calles y obligando a la evacuación a vecinos de zonas periféricas.