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El plan de manejo de los Esteros del Iberá es entendido por sus opositores como el primer paso necesario para declarar ese sitio como Patrimonio Natural de la Humanidad. No obstante la pomposa denominación, la Fundación Iberá Patrimonio de los Correntinos cree que de ese modo se estaría perdiendo soberanía sobre el principal recurso de la región: el agua.
La declaración de Patrimonio de la Humanidad –a la que se comprometieron mediante un acuerdo en 2002 el gobierno de Corrientes y la Fundación Ecos– “condiciona a los municipios y a los propietarios rurales, por ejemplo, en cuanto a la apertura de caminos y a la cantidad de ganado que pueden tener”, explica Moulin. Y agrega: “También abre la posibilidad de que terceros estados intervengan en la región si la Argentina no posee la capacidad técnica o financiera para mantener el valor específico de esa zona, perdiendo soberanía sobre un recurso tan importante como el agua”.