SOCIEDAD › BANCO RIO: OTRO PEDIDO RECHAZADO POR EL JUEZ

Un sospechoso rumbo a Brasil

Los fiscales y la policía dicen que el jefe del grupo que entró al banco en Acassuso se escapó en avión por no estar autorizados a detenerlo. Encontraron otros 60 mil dólares que serían del botín.

 Por Raúl Kollmann

Hace exactamente una semana, el martes 21 de febrero, los fiscales y la policía filmaron al hombre de traje gris cuando subía en Ezeiza a un avión con destino a Brasil. Según los investigadores, dos días antes, el domingo 19, se le había pedido una orden de detención al juez Rafael Sal Lari, pero éste no la concedió, por lo que no se pudo hacer otra cosa que registrar la salida del hombre del traje al exterior. El episodio es otro capítulo entre las mutuas acusaciones que existen entre el magistrado y los que están encargados de esclarecer el robo. Ayer, los fiscales avanzaron otro casillero con el secuestro de 60.000 dólares que estaban en una caja de seguridad en la Caja de Valores en la calle 25 de Mayo, del centro porteño. Ya son dos los amigos o allegados al “ingeniero”, Sebastián García Bolster, que entregan dinero que les dio el sujeto semanas después del golpe de Acassuso, pero se habla de que aparecerán otras dos o tres personas más con 60.000 dólares cada una.

Cuando Página/12 describió hace diez días, en exclusiva, el video del robo al banco de Acassuso, señaló que el jefe del grupo que entró al banco fue el hombre de traje gris que llegó a la sucursal en un auto que estacionó en el subsuelo. El sujeto, de más de 50 años, bastante pelado y con un estado físico notable, porque se lo vio saltando sobre uno de los mostradores, era el que aparecía dándoles órdenes a los demás. Según los trascendidos, es un hombre nacido en la Argentina, criado en Uruguay, donde fue policía, y que ya estuvo en cárceles de las dos orillas.

El episodio de Ezeiza se produjo el martes 21, o sea cinco semanas después del robo. El dato llama la atención porque la mayoría de los especialistas e incluso los propios investigadores sugerían que los dos cabecillas, el hombre de traje gris y otro sujeto que no entró al banco, ya estaban en el exterior. Por ello resulta llamativo que haya tardado tanto en irse, corriendo riesgo de ser aprehendido. De todas maneras, la asombrosa versión fue confirmada a este diario por fuentes policiales y judiciales.

El juez Sal Lari no da explicaciones públicas. Se lo considera un magistrado honesto y de buena formación jurídica, pero está enrolado en una corriente ideológica que es más que reticente a convalidar órdenes de detención. Es más, como anticipó este diario, el domingo anuló un allanamiento hecho por los investigadores en Villa Gesell, donde fue detectado el “ingeniero”. Esa nulidad fue apelada ayer por los fiscales y es casi seguro que la Sala III de la Cámara de Apelaciones de San Isidro le dé la razón al juez, porque hay gran afinidad entre los camaristas y el magistrado, pero también es probable que la Cámara de Casación, más adelante, a su vez les dé la razón a los fiscales.

Mientras tanto, continuó ayer la aparición de supuestos amigos de García Bolster, que obviamente complican su situación, porque le traen a los fiscales miles de dólares que, según ellos, les fueron entregados por el “ingeniero” para invertir. El perfil del primer amigo, que llevó a la fiscalía 60.000 dólares, parece corresponderse con un prestamista. Ayer, en cambio, se secuestraron otros 60.000 dólares en una caja de seguridad de la Caja de Valores, en la calle 25 de Mayo, del centro porteño.

Supuestamente, García Bolster entregó el dinero a ese allegado para comprar un departamento, pero el boleto de compra-venta no parecía demasiado auténtico, por lo que se ordenó el allanamiento de la caja de seguridad. El abogado del “ingeniero”, Claudio Fogar, tiene ahora la difícil tarea de explicar de dónde sacó los fondos su cliente. El rumor es que esa misión podría hacerse aún más complicada, porque en los próximos días aparecerían más “amigos” de García Bolster a quienes les dio fondos para invertir. En total, hasta ayer, al “ingeniero” se le secuestraron 130.000 dólares, con dos paquetes de 20.000 pesos en cajitas de patas de pollo en los freezers de su casa y la de sus padres.

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El video del Banco Río, cuyos detalles este diario publicó hace diez días, fue difundido ayer por TV.
 
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