SOCIEDAD › TARTAGAL, SIN CLASES Y CON 250 EVACUADOS

“La culpa no es de la lluvia”

En Tartagal, provincia de Salta, tras un fin de semana lluvioso, hay 250 evacuados y las clases fueron suspendidas ayer y hoy por las dificultades en los caminos para llegar a las escuelas. Las autoridades están analizando la situación en las zonas altas ante posibles derrumbes. La ayuda de la Nación pudo llegar con sus camiones después de estar varada por el alto nivel del río. Además, se pronostican lluvias hasta el jueves. En ese contexto, un especialista opinó acerca de las causas del desastre, sus consecuencias y los errores que llevaron al estado actual de la zona.

En los últimos días el caudal del río Tartagal creció, pero no de forma alarmante. “El fin de semana llovió, lo que no permitió trabajar en el lecho del río, pero cuando paraba la lluvia se colocaban bolsas en la ribera para que no continúe la erosión”, explicó a Página/12 el intendente de Tartagal, Darío Valenzuela.

En ese sentido, enfatizó que “se está analizando un proyecto sugerido a la Nación de efectuar un tabique de hormigón que estaría a 50 metros del puente carretero para prevenir la erosión”.

El domingo por la mañana, “aumentó el caudal del río, pero no erosionó demasiado”. Las clases se suspendieron ayer y hoy porque “los establecimientos en los parajes más alejados, donde se encuentra el 80 por ciento de las escuelas, encontraron sus caminos poco accesibles”. Además, “las pasarelas peatonales fueron clausuradas y las únicas formas de comunicarse son los puentes carreteros, que también se usan ahora como puentes peatonales”, relató.

Frente a ese panorama, el licenciado Felipe Rivelli, docente adjunto de la cátedra de Geomorfología de las carreras de Geología y Recursos Naturales de la Universidad de Salta, opinó que lo que ocurre es consecuencia de “una sumatoria de factores, donde lo climático no tiene gran incidencia, a pesar de que es cierto que llovió mucho”.

–Entonces, ¿cuáles fueron los factores de mayor incidencia?

–Tienen mucho que ver el mal manejo o descontrol en la cuenca, la falta de mantenimiento en las obras de canalización, el no haber concretado obras complementarias en tiempo y forma. El eterno problema de realizar obras en forma puntual para atender un problema localizado y no efectuar las restantes. En las obras que se deberían realizar en el caso específico de la cuenca del río Tartagal o en cualquier otra, siempre se debe buscar que las mismas tengan un bajo impacto ambiental y resulten efectivas, alcanzando el objetivo perseguido con una adecuada integración al medio en el que se emplazan.

–¿Por qué no se previó esta situación? ¿O sí se hizo?

–Considero que no se previó nada, se acuerdan de lo que las lluvias pueden causar cuando ocurren las desgracias, y ya es tarde. El culpable no siempre es el agua, lo que sucede es que acusar a las lluvias o a los ríos es más fácil porque no hay derecho a réplica. Por qué no admitir que el malo en realidad es el hombre, quien juega con la naturaleza y no termina de entender que es dinámica, y no es cuestión de instalarse en los cauces de los ríos o hacer cualquier obra en su ámbito.

–¿El desmonte es parte de las causas?

–Suma al problema, porque al haberse eliminado gran parte de la masa arbórea se modifican las condiciones del escurrimiento natural y el agua pierde un freno natural.

Para el intendente de Tartagal, un problema que podría avecinarse es el vinculado “a las zonas más altas, donde hay tanta humedad que las napas freáticas han subido de nivel”. Por eso “estamos tratando de desagotar los pozos, pero el problema es que se vuelven a llenar enseguida de agua y, como los cerros no son rocosos, son arcillosos, se puede llegar a desprender”, sostuvo. Debido a ese peligro, “estamos haciendo inspecciones para ver si hay que evacuar”.

Para Rivelli, en este momento, y con el fin de evitar peores consecuencias, hay que “capitalizar errores y no repetirlos”. En ese sentido advirtió que “no es posible que no tengamos un organismo apropiadopara el debido manejo de los problemas fluviales, siendo una provincia que tiene ríos como el Bermejo, el Pilcomayo”.

–¿Qué ocurrirá de ahora en adelante?

–No hay un programa coherente que plantee un futuro en el que haya una planificación correcta de toda la cuenca y en forma especifica del río Tartagal, a lo largo de su recorrido por la ciudad.

Informe: M. S. Wsylyk Fedyszak.

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