SOCIEDAD › EL ASESINATO DEL EMPRESARIO ROBERTO CHIOSSONI

Un sospechoso “muy cercano”

La policía sostiene que el asesino sería un hombre con estrecha relación con la víctima, pero no del círculo familiar.

 Por Alejandra Dandan

El crimen del empresario de Belgrano estaría a punto de resolverse. El autor de los dos disparos que estallaron contra la nunca de Roberto Chiossoni no es de su entorno familiar ni del entorno de trabajo del empresario: “Es alguien muy cercano y conocido tal vez con quien mantuvo cierta relación comercial”, dijo a este diario una fuente calificada de la investigación. Buena parte de los datos que está usando la Policía Federal y la Justicia fueron aportados por la hija de Chiossoni, su ex mujer y dos profesionales con quienes tenía una relación estrecha: son su contador y el abogado. En el departamento se encontraron pagarés; “lo que aún no sabemos –dijo la policía– es si falta documentación”. Hasta anoche no se habían ordenado detenciones, sin embargo los investigadores siguen “cada uno de los pasos” del sospechoso.
Chiossoni recibió dos disparos mortales en la nuca. Quien soltó las balas no necesitó hacer ningún tipo de rodeos, no hizo fuerza, ni ejerció violencia para someter al empresario: los dos tiros salieron de una pistola calibre 22 a muy poca distancia. Por eso los investigadores piensan que el asesino usó alguna excusa para distraer al empresario y tenerlo de espaldas a la hora de ejecutar el arma.
El crimen se conoció el martes a la noche, cuando un vecino del edificio de la avenida Libertador 6270 se comunicó con la policía para avisar que había fuego en uno de los departamentos. Con esa alerta, los bomberos forzaron la puerta del departamento del segundo piso y, además del fuego, encontraron en el living el cuerpo muerto del empresario.
El hombre tenía 64 años, una novia de 40, una ex mujer y dos hijos, uno de ellos instalado en Canadá desde hace años. De acuerdo al relato de varios vecinos, Chiossoni tenía muy poca actividad laboral en este tiempo. Desde hace años se dedicaba a la compra y venta de metales ferrosos como cobre y lo que suele comercializarse como chatarra. De esa actividad creció una empresa que está ubicada en la zona sur del conurbano: “No era un holding ni una mega empresa pero sí, se trata de un negocio importante”, contó ayer uno de los investigadores. Además de esa actividad, tenía algunos ingresos por rentas y al menos cuatro juicios ejecutivos que inició como demandante.
El edificio donde vivía contaba con la seguridad habitual en las zonas residenciales de Belgrano. Además del portero, hay dos vigiladores de una empresa privada y monitores en la entrada. Ni el portero ni los vigiladores vieron nada sospechoso ese martes a la tarde cuando alguien con un arma entraba al departamento de Chiossoni.
Los datos recogidos hasta ahora forman parte del expediente que compila el fiscal Daniel Morín y para el que está trabajando la División Homicidios de la Federal y la comisaría 51 de Belgrano. Ellos fueron quienes recibieron estos días a la hija y a la ex mujer del empresario y también fueron quienes desvincularon de la causa a su novia. No hicieron lo mismo con otros allegados. “Estamos siguiendo a una persona del círculo más cercano, no era vecino, no era familiar ni podría decirse que era un amigo: simplemente tenía un trato muy frecuente con él”, dijo escuetamente Carlos Cheroni, jefe de la comisaría 51. Para dar con el principal sospechoso la policía tuvo en cuenta varios indicios, entre ellos, que en el departamento no había señales de intento de robo. Chiessoni tenía algo de dinero y llevaba puestas algunas cadenas de valor y nada de eso desapareció de su casa. Además, la policía encontró su BMW guardado en el estacionamiento.
Aunque el autor estaría ya identificado, la policía está investigando los antecedentes policiales de otros allegados que podrían haber intervenido en el crimen. El principal sospechoso no es mujer sino hombre y, siempre de acuerdo a los datos conocidos, no tendría ni antecedentes penales ni entrenamiento en el uso de armas: “No era un profesional -dicen en la comisaría– y por cómo hizo las cosas no tenía noción de cómo planificar un crimen”. Esa falta de experiencia lo llevó a cometer varioserrores como pretender prender fuego la casa para borrar las huellas y las pruebas de la muerte.

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El edificio del empresario.
 
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