SOCIEDAD › EL EFECTO INVERNADERO DEL GANADO

Los gases vacunos

Las vacas podrían ser peores que las locomotoras, en cuanto al efecto invernadero. Una investigación publicada en una revista científica advierte que una parte considerable de las emisiones responsables del calentamiento global provienen de las flatulencias de los rumiantes –generadoras de metano– y, en menor medida, de la quema de combustibles requerida por la tecnificación del agro. Los autores proponen reducir el consumo de carne, por lo menos en los países desarrollados, lo cual tendría también consecuencias favorables a la salud pública.

El estudio, publicado en The Lancet, fue realizado por un equipo de la Universidad de Canberra, Australia, dirigido por Anthony MacMichael. Afirma que “las emisiones de gases de invernadero del sector agrícola constituyen el 22 por ciento del total global: esta contribución es similar a la de la industria y mayor que la del transporte. La producción de ganado, incluido el transporte de animales y su alimentación, alcanza el 80 por ciento de las emisiones del sector. El metano y el óxido nítrico (generados por los rumiantes) inciden mucho más, dentro del sector, que el dióxido de carbono”.

Para reducir estos efectos, el consumo de carne en los países de altos ingresos debería bajar de cien a 90 gramos diarios por persona, de los cuales sólo 50 gramos deberían provenir de rumiantes: “Esto, además, reduciría el riesgo de problemas cardíacos, obesidad, cáncer colorrectal y otras enfermedades”.

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