SOCIEDAD › VOCES CRITICAS AL PROGRAMA

Polémica en Salta

 Por Mariana Carbajal

En Salta, la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

–¿Es la policía la que debe brindar contención social a chicos de sectores vulnerables? –le pregunta Página/12 al ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Nicolás Juárez Campo, de quien depende la fuerza de seguridad.

–Ese interrogante suyo es el que tengo yo –se sinceró el ministro. Cuando asumimos, exoneramos a la cúpula de la policía. No compartimos el proyecto que había antes. La policía se usaba para reprimir y era una bolsa de trabajo. En general los policías no tienen la secundaria completa. Vamos a estudiar qué hacemos con los cuerpos infantiles.

El ministro de Desarrollo Social, Claudio Mastandrea, no los ve mal. “Es parte de la política del Estado. Se viene llevando adelante desde hace mucho tiempo. Es similar a los boy scout, para contener y brindarles valores a los chicos.”

Uno de los más críticos es el secretario de Cultura de la provincia, Gregorio “Gori” Caro Figueroa. “Vivo a unos 15 kilómetros de la ciudad capital, en Cerrillos. Si al verlos desfilar me preocupó, más de una vez presenciar por casualidad el comienzo de una clase de instrucción de sesenta chicos en mi pueblo determinó que esa inquietud comenzara a parecerse al rechazo y al miedo”, dice a este diario. “He observado a chicos que pertenecen al cuerpo de policía infantil con una actitud arrogante, prepotente, de superioridad, frente a chicos de su misma condición social que no son parte del grupo. No les inculcan valores sino disciplina. Hay una cultura de mando. Podrá argumentarse que estos chicos no son entrenados con las mismas pautas que rige la formación de los efectivos de la fuerzas de seguridad. Se dirá que no ejercen ni reprimen violencia. Es posible que se esgriman argumentos para convencer sensibilizando. Se dirá que son chicos de bajos recursos que encuentran un espacio para desarrollar su vocación y, eventualmente, acceder mañana a una salida laboral. Aunque se diga mucho más y se mejoren los alegatos defensivos, no creo que se pueda justificar la existencia de una policía infantil. Desde su misma denominación resulta un despropósito”, señaló Caro Figueroa.

No es la única voz que los cuestiona: Violeta Carrique, profesora de Etica del seminario de Género y Ciencias Sociales y directora de la Especialidad en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Salta, también rechaza la idea de los cuerpos infantiles de la policía: “Hay toda una ideología en la formación policial que imparte una mirada esquemática de los roles de la sociedad y del deber ser, soy partidaria de una educación más libre para los chicos”, apuntó en diálogo con este diario.

Caro Figueroa se pregunta: “¿Qué tipo de formación tienen quienes instruyen a los niños? ¿Se los educa a ellos en el concepto democrático de seguridad? Al ver a ese grupo de niños recibiendo una instrucción más militar que deportiva, me pregunté con qué mentalidad esos chicos comparten luego la vida cotidiana durante el resto de la semana. No es bueno que a un niño se le inculque un espíritu de cuerpo verticalizado, donde se instruye dando voces de mando y exigiendo subordinación, haciéndoles sentirse diferentes, cuando no contrapuestos al respeto de sus amigos y vecinos. Resabio de una época en la cual se intentó militarizar la sociedad, este tipo de encuadramiento de los niños resulta, cuanto menos, anacrónico e inconveniente”. De todas formas, Caro Figueroa no es partidario de desmantelarlos inmediatamente. “Hay que abrir otros espacios, otras actividades”, propone.

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