SOCIEDAD › LA VISITA AGUDIZO LA INTERNA DEL PJ PROVINCIAL

Sin diálogo con el gobernador

 Por Felipe Yapur

Desde que arribó a la provincia que tiene en su haber la muerte por desnutrición de once niños, Hilda González de Duhalde decidió que no hablaría con el gobernador Julio Miranda. Tal actitud desató la ira de las huestes justicialistas que responden al mandatario provincial. Enojo que se acrecentó cuando la primera dama decidió alojarse en una mansión que posee el senador del PJ José Alperovich, otrora delfín de Miranda, hoy distanciado. “Si me reúno con el gobernador será antes de regresar a Buenos Aires, antes no”, respondió tajante Chiche.
Los Duhalde son un matrimonio que tiene una manifiesta adicción por las encuestas y, hoy por hoy, Alperovich es uno de los dirigentes provinciales que mayor intención de votos cosecha, incluso mucho más que el genocida Antonio Bussi. Pero la decisión de Chiche de mantener un estrecho contacto con el senador agitó las aguas del PJ, que cree ver en la presencia de la Primera Dama una virtual intervención a la provincia. Miranda se desvive y no sabe muy bien qué actitud tomar. Las reuniones que mantuvo con el secretario general de la Presidencia, José Pampuro; el ministro de Salud, Ginés González García, y su par de Desarrollo Social, Nélida Doga, no lograron tranquilizarlo. Mucho menos a sus acólitos que, según fuentes cercanas al gobernador, decidieron que la estadía de Chiche no sea todo lo tranquila que ella espera.
Algo de eso hay, porque ayer por la tarde, cuando los pediatras que llegaron con la Primera Dama arribaron a un barrio del conurbano tucumano, la gente se acercó exigiendo comida, tal como “algunos señores” le habían sugerido.
Poco le importó a Chiche ese malestar. La primera actividad de ayer fue reunirse con 75 intendentes y delegados comunales de los 130 que tiene la provincia. Los prefirió a ellos antes que al gobernador o a las autoridades sanitarias de la provincia. Uno a uno los hizo hablar y exponer sobre la situación que atraviesan los territorios que controlan. Les hizo decenas de preguntas y anotaba cada una de las respuestas. Los intendentes aprovecharon para quejarse de la decisión de permitir que las organizaciones piqueteras otorgaran el Plan Jefas y Jefes de Hogar. “Cobran y lo mismo salen a quemar gomas a la ruta”, se quejó. Chiche no dijo nada, pero la respuesta tal vez la tuvo durante su paso por el barrio Ejército Argentino cuando un joven le gritó: “¿Vos podés vivir con 150 pesos?”.
Tal vez confiados por la inexistencia de oídos indiscretos, los intendentes aprovecharon para expresar su malestar con el gobierno provincial al afirmar que en más de una oportunidad las cajas con alimentos que llegan del gobierno nacional están abiertas y con faltantes. En este tema, la Primera Dama prefirió la cautela y les dijo que estaban al tanto. Poco después, la esposa del Presidente admitió ante Página/12 que “la gran inversión del gobierno nacional no llega a la gente: a Tucumán hemos enviado 1,3 millón de pesos en alimentos por mes. Tenemos que evitar y controlar esa corruptela”. Otro disparo por elevación para Miranda.
Algunos sectores del PJ local creen ver en la presencia de la esposa de Duhalde una especie de campaña electoral encubierta. Chiche lo niega, pero deja entrever que no le disgusta la posibilidad: “Lo he pensado, pero el cargo de vicepresidente no me permitirá seguir con este trabajo social que tanto me apasiona”, insistió.

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