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Los médicos quieren saber qué va a pasar cuando termine el rescate

Profesionales del Hospital de Niños de Tucumán aseguraron en un documento que lo que se gastará en el operativo podría destinarse a organizar “estructuras permanentes” de atención primaria que permitan detectar enfermedades o casos de desnutrición infantil.

 Por Pedro Lipcovich

“Otros toman las decisiones. Nosotros los vemos morir”, se titula la declaración crítica con la que ochenta médicos del Hospital de Niños de Tucumán recibieron el Operativo Rescate, que ayer inició en esa provincia Hilda “Chiche” Duhalde. Los profesionales se preguntan si dentro de un mes, cuando la comitiva de la Primera Dama se retire, los chicos “podrán dejar de comer sobras de los basurales”. Según ellos, lo que se gastará en el “Rescate” sería mejor destinarlo a organizar “estructuras permanentes”. Sería esencial reactivar los desmantelados sistemas de vigilancia sanitaria que –mediante agentes de salud en cada barrio– permitirían detectar las enfermedades y la desnutrición en sus etapas iniciales. Los médicos del Niños lamentan que no se haya tomado en cuenta la experiencia de la Universidad Nacional de Tucumán, y le hacen notar a la esposa del Presidente que “con los recursos con que se pagará la numerosa comitiva que usted trae se podrían pagar médicos, enfermeras, agentes sanitarios y trabajadores sociales que ya están en Tucumán y conocen el terreno”.
“Cuando usted se vaya, señora de Duhalde, dentro de 30 días, nuestros chicos desnutridos, ¿podrán beber agua potable?, ¿podrán tener cloacas?, ¿podrán dejar de comer sobras de los basurales?, ¿podrán dejar de mendigar en los semáforos?”, preguntan los 80 médicos del principal hospital infantil de la provincia, incluidos varios jefes de servicio.
Miguel Alberto González, jefe de la sala 2 de pediatría del Hospital de Niños de Tucumán, preguntó ante este diario “por qué, antes de largarse con el operativo, no se informaron: en la Universidad de Tucumán hay una carrera de Medicina muy reconocida, con una prestigiosa cátedra de salud pública”. Si se hubieran informado sabrían, por ejemplo, que “hay 300 agentes sanitarios a los que les deben entre seis meses y un año de sueldos, y la mitad de su tiempo deben dedicarlo a hacer huelgas”.
La cuestión de los agentes sanitarios es clave: “Hacen falta por lo menos 1500: son referentes en cada zona, en cada barrio, y tienen a su cargo educar a la gente y llevar la información a cada centro de salud. Si en una casa hay un tuberculoso, el agente sanitario le llevará su medicamento y controlará que lo tome; si en esa otra casa hay chicos sin vacunar, y el agente trasmitirá esto al centro sanitario; si en otra casa hay chicos con signos de desnutrición, el agente avisa de inmediato, antes de que la situación se agrave”, explicó González.
El plantel de agentes sanitarios “fue deliberadamente desarticulado por el gobierno de Antonio Bussi (1995-99), que veía en ellos un posible embrión de organización política. Desbaratado el sistema, los que subsistieron terminaron como enfermeros o choferes”, recordó el pediatra.
Estela Di Cola, jefa de Terapia Intermedia en el mismo hospital, agregó que “el Sistema Provincial de Salud (Siprosa) ha perdido la mitad de su personal: ahora, las salitas donde falta médico las están cubriendo provisoriamente con personal sin remuneración; cuando el Operativo termine, todo va a quedar igual que antes”.
Por eso, los médicos del Hospital de Niños le hacen notar a la señora de Duhalde que “con los mismos recursos con que se pagará la numerosa comitiva que usted trae, se podrían pagar médicos, enfermeras, agentes sanitarios, trabajadores sociales que ya están en Tucumán, que conocen el terreno, y dejar una estructura permanente que beneficie a la comunidad”.
Los profesionales señalan que “con los mismos aportes de la Nación y del extranjero se podría dar trabajo a los padres de esos chicos para obras de agua potable (el 40 por ciento de los tucumanos carecen de ella) y cloacas”, tal como lo sintetizó Miguel Leguizamón, jefe de Clínica Médica del Hospital de Niños tucumano. “Limitarse a la corrupción de los políticos que desviaban fondos apunta, en el mejor de los casos, a crear en la provincia un gran comedor de caridad”, estimó el médico.
Aun el término “Operativo...” les trae resquemores a los tucumanos: “Operativo Independencia, Operativo Tucumán...”, la declaración de los médicos recuerda los nombres que la última dictadura militar eligió parasus acciones estratégicas. Ahora, la presencia militar que acompaña a Chiche no termina de convencerlos: “¿Para qué aviones y helicópteros, cuando se puede llegar en camioneta a cualquier punto de la provincia? ¿Para qué hospitales de campaña, cuando hay una enorme capacidad ociosa por falta de recursos en toda la provincia e incluso en San Miguel, donde las 150 camas del Policlínico Ferroviario y las 300 del ADOS permanecen inactivas?”, preguntó el doctor González.

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