Ante el tratamiento legislativo del proyecto para despenalizar el aborto, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal difundió un documento donde se afirma desde el título que “el aborto nunca es solución” y que “la vida es un derecho humano fundamental”. La declaración dice partir de “las enseñanzas de Jesús” sobre “el valor de la vida” y sobre todo de “una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida”. El Episcopado dice saber, “porque la ciencia así lo demuestra, que la vida humana comienza desde el momento de la concepción”.

Los obispos sostienen que cuando una mujer está embarazada “no hablamos de una vida, sino de dos” y aseguran que “ambas deben ser preservadas y respetadas”. Destacan luego que en el país existe “una sabia y humana tradición jurídica de protección de la vida humana desde la fecundación” y que eso, “lejos de ser una visión religiosa, es manifestación del respeto que merece cada vida humana”.

Agrega el documento que esa concepción es “la base del funcionamiento del sistema de derechos humanos” y que eso “ha sido ratificado recientemente por la sanción del nuevo Código Civil y Comercial, al expresar que ‘la existencia de la persona humana comienza desde la concepción’”. Por eso opinan que “una decisión legislativa por la despenalización del aborto “tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas”.

El Episcopado señala que “una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte”. Recuerdan expresiones del papa Francisco en el sentido de que para “ridiculizar alegremente” la postura de la Iglesia se dice que se trata de “algo ideológico, oscurantista y conservador”, cuando se busca la “defensa de la vida por nacer” que está “íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano”. Por eso concluyen que si “esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos”.