SOCIEDAD › LOS NIñOS SON MáS VULNERABLES QUE LOS ADULTOS

“Minimizar el uso”

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos lanzaron una campaña para concientizar a los proveedores de salud para reducir al máximo la utilización de las tomografías computadas.

 Por Pedro Lipcovich

Los niños y jóvenes examinados varias veces por tomografía computada tienen un riesgo aumentado –aunque pequeño– de sufrir leucemia y tumores cerebrales: así lo advirtió un comunicado de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, sobre la base de un estudio que encontró “una clara relación entre el incremento en el riesgo de cáncer y la dosis acumulada de radiación”. El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos advirtió que “el riesgo de desarrollar un cáncer relacionado con la radiación es más alto para un chico que para un adulto” y requirió “efectuar sólo las tomografías realmente necesarias” y “minimizar el uso de tomografías multifase, que aumentan la radiación y rara vez son necesarias”. La misma entidad de referencia exigió “informar a los padres sobre los riesgos y beneficios de la tomografía computada” y destacó: “El hecho de que los padres sean adecuadamente informados no reduce el cumplimiento de los exámenes, sino que los lleva a plantear mejores preguntas a los proveedores de salud”.

El comunicado de los NIH se basa en “un estudio de más de 175.000 chicos y adultos jóvenes”, efectuado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos y el Instituto de Salud y Sociedad de la Universidad de Newcastle, Inglaterra. Esa investigación –publicada el 7 de junio pasado en la revista The Lancet– incluyó a chicos y jóvenes que habían recibido tomografías computadas una o más veces desde su nacimiento hasta los 22 años, entre 1985 y 2002, en hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS) de Gran Bretaña. Los investigadores encontraron “una clara relación entre el incremento en el riesgo de cáncer y el incremento acumulado en la dosis de radiación”, señala el comunicado.

“El riesgo de tumores cerebrales se multiplicó por tres” luego de una dosis correspondiente a “unas dos o tres tomografías de cabeza utilizando los medios actuales”. Y “el riesgo de leucemia se multiplicó por tres” luego de cinco a diez tomografías de cabeza para chicos de menos de 15 años.

De todos modos, los tumores cerebrales y leucemia “son enfermedades relativamente infrecuentes, y el número de casos adicionales causados por la exposición a radiaciones provenientes de tomografías computadas es pequeño. La incidencia de leucemia y cánceres del sistema nervioso en chicos, desde el nacimiento hasta los 21 años, es de 4,3 por cien mil y 2,9 por cien mil respectivamente. Los investigadores estiman que, por cada 10.000 tomografías computadas de cabeza en chicos de diez años o menos, se producirán un caso de leucemia y un tumor cerebral en la década siguiente a la primera tomografía”, precisa el documento de los NIH.

La investigadora Amy Berrington, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, destacó que “este estudio provee la primera evidencia directa de una relación entre la exposición a radiación proveniente de tomografías computadas y el riesgo de cáncer en chicos”.

El Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña (NHS) destacó que, en cada caso, “los médicos deberían evaluar los beneficios del examen tomográfico, en comparación con ese pequeño aumento en el riesgo de tumores cerebrales y leucemia. Las dosis de radiación deberían mantenerse en el nivel más bajo posible y la tomografía computada sólo debería utilizarse cuando otros procedimientos con baja o cero dosis de radiación, como la ecografía y la resonancia magnética, ya fueron usados o descartados”. La tomografía computada “se utiliza para diagnosticar, entre otras condiciones, cánceres, sangrados e inflamaciones en el cerebro; puede ser empleada luego de accidentes serios, para determinar si hay lesiones internas importantes”.

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI) señaló que “el riesgo de desarrollar un cáncer relacionado con la radiación puede ser varias veces más alto para un chico, en comparación con un adulto expuesto a la misma tomografía computada”. Y exhortó a los profesionales: “Efectúen sólo las tomografías computadas que sean realmente necesarias”. Además, pidió “ajustar los parámetros al tamaño del niño, la región y los órganos examinados”. Señaló que “muchas veces no es necesaria la más alta calidad de imagen” y requirió “minimizar el uso de tomografías computadas multifase, que implican un considerable aumento en la dosis de radiación y rara vez son necesarias”.

Antes de cada tomografía, los padres del niño deberán ser adecuadamente informados “sobre los riesgos y beneficios de la tomografía computada”, destaca el NCI. Hay “asuntos que deben ser discutidos con los padres”, y son: “¿La tomografía es el mejor examen para diagnosticar al niño?”; “¿Los parámetros se ajustarán al tamaño del chico?”; “¿El examen será efectuado por un equipo familiarizado con la tomografía pediátrica?”. El NCI advierte que “el hecho de que los padres sean adecuadamente informados de los riesgos y beneficios no reduce el cumplimiento de los exámenes, sino que conduce a que los padres planteen preguntas más informadas a los proveedores de salud”.

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“El riesgo de tumores cerebrales se multiplicó por tres, tras tres o cuatro dosis.”
Imagen: Corbis
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