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En mayo del 2003, la Justicia denegó la personería jurídica a la Asociación de Swingers por considerar el intercambio de parejas como inmoral, contrario a las buenas costumbres y violatorio de la fidelidad que los matrimonios se deben. La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) luchó varios años por la figura legal que obtuvo el 20 de marzo de 1992. La CHA había presentado el pedido en la Inspección General de Justicia y había sido rechazado. Lo mismo sucedió en la Justicia ordinaria y en la Corte Suprema. Finalmente obtuvo la figura legal a través de un decreto del por entonces presidente Carlos Saúl Menem. “Recuerdo que Menem estaba de gira por Estados Unidos y proclamaba que estaba a favor de los derechos humanos. Allí fue escrachado por unos amigos activistas que le preguntaron, ya que estaba a favor de los derechos humanos, por qué no otorgaba la personería jurídica a la CHA. Eso se vio en todo el mundo. Cuando volvió al país, promulgó el decreto”, señaló el presidente de la CHA, César Cigliutti.