SOCIEDAD › MOLINA PICO APELO LAS RESOLUCIONES DE BARROETAVEÑA

Entre Don Corleone y Hamlet

Por R. K.

El fiscal Diego Molina Pico lanzó ayer su contraofensiva: rechazó la decisión del juez de revocarle la prisión preventiva al viudo, pidió que se lo encarcele y, además, reclamó también que se eche atrás el fallo por el cual el juez apartó al fiscal del caso. Molina Pico sostiene que, más allá de que alguna pericia o algún testimonio pueda ser cuestionado, el grueso de los elementos apuntan a Carrascosa, por lo cual éste debe volver a prisión y todo el expediente debe ser elevado a un juicio oral en el que se resuelva si el viudo es culpable o inocente. Molina Pico calificó los argumentos del juez de “sospechosos, infantiles, inaceptables”, evaluó como “ridículo” un razonamiento del magistrado y en distintos tramos se burla de “las interpretaciones forzadas” que Barroetaveña utilizó “intencionalmente o no”. Los escritos del fiscal deben ser ahora resueltos por la Cámara de Apelaciones de San Isidro que, al analizar la cuestión de la prisión preventiva, deberá expedirse sobre si hay o no pruebas suficientes contra Carrascosa.
La violencia del enfrentamiento entre el juez y el fiscal es casi inédita en los ambientes tribunalicios y obedece a que tienen diferencias de fondo:
- Molina Pico está seguro de que Carrascosa fue el asesino, deja entrever que Barroetaveña juega totalmente para la familia García Belsunce y sostiene que todo el comportamiento del juez está orientado a asegurar la impunidad del viudo y evitar que el caso llegue a juicio oral. El fiscal no lo dice, pero flota en el aire que opina que el juez está en una sospechosa connivencia con los García Belsunce.
- Por su parte, Barroetaveña cree que no hay pruebas sólidas contra Carrascosa y que las que existen son truchas y armadas de forma unilateral. Además, que no se investigó la otra pista –la que apunta a un vecino del country y un grupo de vigiladores como asesinos– y que Molina Pico insiste e insiste en ir contra el viudo porque cualquier culpable que aparezca sería un fracaso para el fiscal, para la Procuración que lo apoyó y demostraría lo que considera son graves irregularidades de la investigación.
El viernes, el juez sostuvo que los elementos con los que dictó la prisión preventiva –principalmente algunos testimonios y un análisis sobre lo que serían rastros de pegamento en la cabeza de María Marta (ver nota central)– están ahora cuestionados. Es más, sugiere que esas pruebas están casi armadas. Por ello revocó la prisión preventiva. En su escrito de ayer, el fiscal sostiene que “los testimonios y la pericia que Vuestra Señoría quiso desvalorizar artificialmente conservan su total validez”.
El juez y el fiscal se metieron también en un contrapunto casi literario. El juez apartó al fiscal argumentando que en uno de sus escritos el fiscal equiparó al viudo a Don Corleone, sostuvo que tanto él como la propia María Marta actuaron como se actúa en el hampa y redondeó el diagnóstico señalando que no por nada le dicen “Amianto” porque no se calienta por nada. Tomando en cuenta esos párrafos, Barroetaveña aparta al fiscal por “parcialidad, falta de objetividad e independencia”. El fiscal pide a la Cámara que revoque su apartamiento y le recuerda que el propio juez usó también una figura literaria transcribiendo largos párrafos de Hamlet. El fiscal sostiene que algunos de esos calificativos los usó anteriormente y no fue recusado, por lo que la actual movida tiene por objeto sacarlo del caso e “impedir a toda costa que se llegue a la instancia del juicio oral”.

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