SOCIEDAD › UN ARGENTINO QUE YA SE INSTALO EN SANTIAGO

“Acepté un 30 por ciento menos”

 Por Alejandra Dandan

La historia de Osvaldo Maldonado es así: cruzó los Andes y se encontró en medio de una película americana. Quince días después de enviar un currículum vía Internet, lo convocaron para un trabajo. No le ofrecieron ni un puesto en ventas ni lo querían como cocinero de panchos. Llegó con el título de Comercio Internacional, el mismo título que había rebotado en Buenos Aires en cada entrevista de trabajo, y le ofrecieron uno de los cargos mejor rankeados de una compañía de seguridad industrial. Ahora una secretaria atiende el teléfono y pasa la comunicación al despacho de su jefe, el argentino de la gerencia de Administración y Finanzas de Norseg SACI, en Chile.
“Apostando al futuro resigné mis expectativas de sueldo en función de los próximos ingresos –dice todo ordenado–, por eso me pagan un 30 por ciento menos de lo que pretendía.” El sueldo promedio en Chile de un empleado con 4 o 5 personas a cargo es de unos mil dólares. Por el cargo, Maldonado puede cobrar unos cuantos dólares más. Lo cierto es que en este momento, dice, está ganando el mismo dinero que cobraba mientras fue gerente en una de las áreas del City Group en la época en que los pesos no eran dólares pero se parecían. Aún así, su sueldo no es tan bueno como el que podría estar recibiendo un chileno. Cuestión de chapa o como dice el argentino, de piso: “No me están pagando como alguien con trayectoria sino como quien debuta en el mercado chileno: casi como un derecho de piso”.
Maldonado es de San Juan pero se fue a Buenos Aires cuando empezó la carrera. Hasta el 2000 estuvo en el City, lo despidieron y puso una consultora. Atendió a dos empresas, una fábrica de máquinas industriales y una de las bodegas de San Juan que hasta la crisis exportaba mosta de uva a Estados Unidos. La primera quedó fuera de competencia el año pasado y, después de despedir a 120 empleados, también la bodega terminó cerrando. El argentino estaba dispuesto a irse. Sólo pensó en Chile porque en el ’98 conoció a la chilena que desde hace unos meses es su mujer. Cuando habla de la búsqueda del trabajo, menciona una de sus ideas. A ella se le ocurrió lo del currículum por Internet que terminó llevándolo a Santiago.
En mayo del año pasado empezó con los papeles. Hizo sólo dos horas de cola, dice, para empezar los trámites. Tres meses después recibió la visa provisoria y a los cinco meses obtuvo el Documento de Identidad chileno. La historia terminó con el casamiento, el piso nuevo alquilado en Providencia y un horizonte donde el otro lado de los Andes le va quedando cada vez más lejos. Edad: 38.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.