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Por Claudio Zlotnik

Los bancos no se mueven al ritmo que más le convendría al Gobierno. En la city se puso de moda un latiguillo para caracterizar la actual situación. En privado, los banqueros alegan que la administración Kirchner todavía no logró generar un “clima de negocios”. Culpan a la falta de demanda de empresas y particulares por la ausencia de créditos. Y ofrecen ejemplos para dar testimonio de que la baja de las tasas de interés es insuficiente para recrear el mercado de los préstamos.
La última semana, las distintas asociaciones bancarias recibieron un informe preparado por las administradoras de tarjetas de crédito. En ese trabajo se destacaron dos elementos:
1. Las promociones a tasa de interés cero en el financiamiento a 90 días de electrodomésticos, computadoras y aparatos electrónicos, costeada por las propias entidades financieras, no están dando los resultados esperados. No se nota un aumento de las ventas.
2. En lo que va del año, el costo de financiación con los plásticos cayó del 70 al 45 por ciento anual. Este retroceso no se verificó en una expansión de los saldos financiados, que apenas se incrementaron en un 1 por ciento en el período.
Para los banqueros, ambos factores reflejan la renuencia de los consumidores a endeudarse. Intentan así desarticular el argumento oficial de que el crédito es sensible a las tasas de interés, aun cuando a nadie escapa que una tasa del 45 por ciento anual es elevadísima con relación a la inflación de un dígito proyectada para este año.
Pero también es cierto que, más allá de las excusas, los financistas están mirando para otro lado. Y a pesar de afrontar pérdidas millonarias se resisten a poner en juego su colchón de liquidez. ¿Cuál es la estrategia? Al menos en el corto plazo, cada sector tiene los siguientes argumentos:
n Los bancos de capital nacional más importantes (Macro-Bansud, Comafi, Patagonia-Sudameris) tienen la mira puesta en las entidades que están a punto de licitarse, y que pertenecían al grupo galo Credit Agricole: Suquía, Bersa y Bisel. Por ese motivo prefieren no exponerse.
n Los extranjeros obedecen, en cambio, al mandato de sus respectivas casas matrices de no aumentar la exposición en la Argentina. Por lo menos hasta que se definan el acuerdo con el Fondo Monetario y las compensaciones. Aunque algunos, como el Citi, ya decidieron achicarse a sólo una decena de sucursales.
En este marco, y en el mejor de los casos, el crédito recién podría reaparecer, en cuentagotas, a fines del 2003.