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Quien quiera que le asignen 10.000 dólares puede obtenerlos con solo enviar un mail. Pero se trata de dinero virtual, utilizable para operar en mercados de futuros, aunque –eso sí– los operadores más hábiles recibirán premios tales como televisores de pantalla plana u otros cacharros. Otra ventaja para el participante es que de paso estará echándole una ojeada al futuro de la tecnología y los negocios. Todo esto merced a la Technology Review con sus Innovation Futures.
En realidad, cada participante en estas timbas financieras está contribuyendo con una mercancía muy apreciada, que es la sabiduría de los mercados. Porque los mercados predictivos se basan en la Hipótesis del Mercado Eficiente, según la cual la sabiduría colectiva de un grupo es superior a la sabiduría individual de una persona sola.
Es precisamente por esta razón que el Pentágono planeaba lanzar un mercado que predijese futuros atentados terroristas, aunque el tema resultase algo controversial. Se supone que un mercado temático como ése hubiese permitido prevenir el 11-M.
El mercado que promociona Technology Review’s Innovation Futures (TRIF) busca anticipar el resultado de eventos vinculados a tendencias en tecnologías y negocios emergentes. Responder a preguntas como cuándo hará Google su IPO (Initial Public Offering); es decir, cuándo abrirá su capital a la Bolsa. La audiencia de TRIF sentencia que hay un 84 por ciento de probabilidad de que esa IPO sea lanzada antes de junio.
Si quiere saber cuál será el ingreso trimestral mundial del servidor Linux, es un 73,5 por ciento probable que exceda los 1100 millones de dólares. ¿Y en qué momento estará disponible comercialmente un dispositivo que utilice tecnología de banda ultra ancha? Con 85,5 por ciento de probabilidad, no antes del 1 de julio.
La idea es que los mercados accionarios cumplen mejor tareas como valuar compañías porque suman información que tiene mucha gente, subiendo o bajando la cotización, que es como meter su sabiduría en el precio.