“El tango del guapo, la mina y el farol denigra a la mujer. A mí me interesa mucho que las mujeres canten tangos, pero como yo lo aprendí de la calle no puedo asociar que una mujer lo haya aprendido allí. La mujer es el gran personaje del tango, es lo más sublime que hay, es uno de los dioses que no tiene ateos. Todos los tangos se inspiraron en una mujer, porque si no se inspiran en una mujer, ¿en quién se van a inspirar? ¿En una gallina?”

Roberto Goyeneche, 5 de septiembre de 1990.