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Lunes, 2 de febrero de 2015

TEATRO › ANA MARíA CORES Y MARIANO DEPIAGGI PROTAGONIZAN LA NOVIA DE GARDEL

Una enamorada secreta e imaginaria

El Teatro Regio, donde supo cantar el Zorzal criollo, es el escenario de este espectáculo musical en el que la actriz y cantante interpreta a una mujer que imagina cómo sería su vida con su ídolo. La trama también invita a reflexionar sobre la inmigración y el exilio.

 Por Candela Gomes Diez

Su obra sobrevivió al paso del tiempo y su legado se inmortalizó en ese retrato en el que asoma su sonrisa, con sello propio, bajo el ala del sombrero. Todo tanguero que se precie de tal le rinde honores y el país lo reclama como ídolo local, a pesar de las dudas que existen respecto de su lugar de origen. El misterio atraviesa numerosos aspectos de su vida, pero hay algo en lo que todos coinciden: Carlos Gardel es un mito popular y nacional indiscutido.

Aunque supo ser el Morocho del Abasto, Buenos Aires lo recuerda como el Zorzal criollo. Pero este año será especial, porque en los próximos meses, el 24 de junio, se conmemorará el 80º aniversario de su fallecimiento, y la ciudad se vestirá de fiesta con su mejor color. En este marco de homenajes se estrena el espectáculo musical La novia de Gardel, que ofrece al público un primer tributo sobre el escenario del Teatro Regio, en el que también cantó el célebre músico. Protagonizada por Ana María Cores y Mariano Depiaggi, y dirigida por Valeria Ambrosio, la puesta expone un relato que conjuga ficción y datos verídicos. Fue Cores quien imaginó esta historia, pero los autores Marisé Monteiro y Pablo Mascareño fueron quienes se encargaron de plasmar la idea en papel.

La obra cuenta la vida de una inmigrante italiana que llega a Buenos Aires, a principios del siglo XX, con la ambición de casarse, formar una familia y “hacer la América”. Enamorada del cantor de tangos del momento, y en la soledad de su casa, escucha al “Zorzalito” por radio mientras realiza sus tareas domésticas, e imagina su vida con él. Por el contexto en el que se desarrolla, la trama también invita a reflexionar sobre otras problemáticas como la inmigración y el exilio. “Pensé esta obra hace veinte años. Me gustaba pensar qué le sucedía a una mujer de esa época, y qué fantasías, amores e ilusiones podía tener. Las mujeres en esos años salían poco, entonces su mundo onírico transcurría dentro de su casa y su forma de viajar era a través de su imaginación”, cuenta Cores.

“Este año, en el que se cumplen 80 años de su muerte, es un momento interesante para revivir la imagen de este ídolo. Fue un cantante maravilloso y para las mujeres fue el prototipo del macho argentino. Ellas morían por Gardel. El marcó una época, y me pareció interesante rescatar su figura, porque si yo quería contar la historia de una mujer de esos años, ¿de quién podía estar enamorada si no era de él?”, agrega la actriz y cantante, de vasta trayectoria en el género de la comedia musical.

La vida sentimental del Zorzal tampoco escapó a las incógnitas que se generaron en torno a otros acontecimientos, y nunca se hizo pública ninguna de sus relaciones. “Hay hipótesis que lo vincularon con la actriz Mona Maris y se dice que tuvo una novia durante muchos años”, señala al respecto Cores, al tiempo que agrega que la historia que ella imaginó es ficticia, pero a su vez combina datos biográficos.

La relación idílica que construye la puesta recorre los distintos momentos de la vida del cantante, desde los comienzos de su carrera hasta el éxito internacional que lo llevó a cantar en distintos escenarios del mundo e incluso a la pantalla grande para triunfar también como actor. El texto, que aporta datos no tan conocidos de su trayectoria, se nutre de piezas clásicas del cancionero gardeliano como “Volver”, “El día que me quieras”, “Canción de Buenos Aires”, “Mi Buenos Aires querido”, “Mano a mano” y “Por una cabeza”, entre otros. Con una interpretación eficaz de Depiaggi en el rol de Gardel, la pieza se completa con los arreglos musicales de Juan Serruya, la coreografía de Mecha Fernández y la escenografía de Ana Repetto.

La muerte de Gardel marca un quiebre en el relato. El 24 de junio de 1935, el avión que lo transportaba junto con sus músicos chocó, al momento de despegar, con otra nave sobre la pista del Aeropuerto Las Playas de la ciudad de Medellín, en Colombia. En escena, ese día, su novia secreta e imaginaria escucha por radio la trágica noticia, la que servirá como disparador para revelar la verdadera identidad de la protagonista. “A pesar de que la obra tiene momentos dramáticos, el público se va con una sonrisa”, asegura la actriz, quien ya se ha presentado en 2013 con este espectáculo en España, en el marco de la Apertura del Festival Internacional de Tango de Granada, y en Colombia, en la IX Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín en Escena y en la Gala de la Universidad de Antioquia.

Desde su infancia, Cores recuerda la admiración que el público profesó siempre hacia Gardel. “Si uno habla de tango, habla de Gardel. Fue un cantante excepcional, compuso temas muy buenos y tenía carisma. Su muerte se produjo en el momento justo, en su plenitud, por eso se convirtió en un mito. El ya no canta; nos quedaron sus discos y sus películas pero, sin embargo, cuando la gente lo escucha dice: ‘Cada vez canta mejor’.”

* La novia de Gardel puede verse en el Teatro Regio (Córdoba 6056) de miércoles a sábados a las 21, y los domingos a las 20.

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Cores encarna a una inmigrante italiana que llega a Buenos Aires para “hacer la América”.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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