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Jueves, 19 de abril de 2012

CULTURA › LA CARAVANA DE PUEBLO HACE CULTURA Y SU PRESENTACIóN EN EL CONGRESO

Poner el cuerpo para conseguir la ley

En el colectivo conviven doscientas organizaciones dedicadas al quehacer artístico: el martes, un grupo de representantes se reunió con la Comisión de Cultura para impulsar un proyecto que apoya la producción comunitaria, autogestiva e independiente.

 Por María Daniela Yaccar

Desde confiterías, colectivos y calles de la ciudad, miradas entre aturdidas y fascinadas. Algún transeúnte se lleva una postal en el celular. Alguno pregunta de qué se trata tanto despliegue colorido, ese piberío bailoteando al ritmo de la murga, secundado por un Mercedes Benz con acoplado que transporta a unos locos que vociferan consignas. El martes por la noche una caravana transitó Callao y Corrientes y demostró que el pueblo no sólo recibe cultura, sino que la fabrica y hace de ella una herramienta de transformación social. La murga, la música, el candombe y el arte plástico acompañaron “un momento histórico” para el colectivo denominado significativamente Pueblo Hace Cultura: la llegada al Congreso del primer proyecto de ley para favorecer la cultura comunitaria, autogestiva e independiente.

“El mercado genera productos, el pueblo hace cultura”, fue una de las frases que más resonaron en la Plaza del Congreso, donde comenzó la movida, como en la posterior caravana, que culminó en el Obelisco. Y esa es la idea madre del colectivo de colectivos de todo el país que se dio a conocer en 2010 y que logró que el proyecto de ley de puntos de cultura, después de dos años de foros, llegara a la Cámara de Diputados. El ítem principal es la propuesta de un fondo nacional de apoyo a organizaciones barriales que desarrollen un trabajo territorial: piden el 0,1 por ciento del Presupuesto nacional. Asimismo, el proyecto establece “una serie de mecanismos para que los entre 15 y 20 mil grupos que hay en el país puedan concursar en iniciativas de financiamiento, capacitación y asesoramiento”, según resumió a Página/12 Eduardo Balán, del Culebrón Timbal.

Balán fue uno de los que, alrededor de las 18, ingresaron al Parlamento a dialogar con legisladores de la Comisión de Cultura. Con él asistieron Diego Boris, titular de la Unión de Músicos Independientes (UMI); César Baldoni, del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco); Ricardo Talento y Stella Giaquinto, de la Red Nacional de Teatro Comunitario, y Esteban Ramos, de la Red de Centros Culturales de La Plata. Fueron recibidos por el presidente de la Comisión, Roy Cortina (Frente Amplio Progresista); la vicepresidenta, Margarita Ferrá de Bartol (Frente para la Victoria); el diputado Claudio Lozano (FAP) y asesores de legisladores de otros espacios, como Encuentro por la Democracia y la Equidad. Mientras se desarrollaba la reunión, unas 250 personas aguardaban los resultados en la plaza, disfrutando de espectáculos. Entre otros estaban la cuerda de candombe Lindo Quilombo, la murga Los que Quedamos, la batucada Sol Naciente, el C. C. de la Fundación Crear Vale la Pena y el C. C. Felipe Vallese. Acompañaron muchos espacios más: bibliotecas, teatros, radios. Pueblo Hace Cultura aúna a 200 organizaciones.

Al cabo de una hora, Balán y sus compañeros subieron al escenario para exclamar con fervor: “¡Acabamos de dejar en Mesa de Entradas el primer proyecto de ley de apoyo a la cultura comunitaria!”. Los presentes respondieron al unísono con un grito: “¡Que viva la cultura!”. “Pudimos instalar el tema”, recalcó Balán. Por otro lado, informó que los diputados hicieron una promesa: el día en que se promulgue una ley federal para la cultura en general, la comunitaria tendrá su capítulo. “Que nuestro proyecto se discuta en el Congreso es un regalo de esta Latinoamérica que está cambiando”, sostuvo. Boris hizo hincapié en la hechura colectiva del documento que, en tal sentido, sigue el camino marcado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Somos protagonistas de la construcción de derechos”, definió. Aunque para los logros concretos haya que esperar, lo que quedó claro es que comenzó una nueva etapa.

No es casual que Balán haya mencionado a América latina en su discurso. La necesidad de una legislación que fomente experiencias artísticas populares, que aquí se hizo patente sobre todo después de 2001, traspasa las fronteras. De hecho, la movilización ocurrió en el marco de la Semana Continental Cultura Viva Comunitaria: un debate idéntico se replica en Bolivia, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, Nicaragua y Venezuela. En 2009, los países del Mercosur aprobaron en el Parlasur (una instancia legislativa regional) un anteproyecto de norma que garantizaba el apoyo del Estado a la cultura de base. En el Congreso argentino nunca se trató. “Nuestra propuesta lo saca de los cajones”, afirmó Balán. Aquel anteproyecto estaba inspirado en un programa brasileño implantado por el gobierno de Lula en 2004. “Allá hay más de cinco mil puntos funcionando. Aunque no tenga el estatuto de ley, es un desarrollo impresionante.”

Otras consignas estuvieron vinculadas con la Ley de la Música, que a fines de 2011 perdió estado parlamentario, y con la SCA. Las organizaciones comunitarias que según la ley 26.522 pueden acceder a un 33 por ciento del espectro radioeléctrico “no tienen mecanismos de financiamiento para desarrollarse”, apuntó Balán. La ley de puntos de cultura sería, entonces, un complemento necesario. Respecto de la Ley de la Música, remarcó que “se hace cargo de una figura no contemplada por la industria: la del músico autogestivo. La UMI edita 70 discos por mes, supera en variedad de producción a cualquier disquera internacional. Ese esfuerzo merece respaldo”, concluyó. La autogestión y la no finalidad del lucro son, en el proyecto de ley de puntos de cultura, requisitos para acceder a un beneficio. “Somos un actor importante en la producción simbólica. Tenemos la función de canalizar el derecho a expresarse de las poblaciones. Muchas organizaciones son experiencias de contención y formación”, definió Balán. “Otro elemento fundamental es que ocupamos el espacio público, lo hacemos de todos”, agregó Facundo Cuesta, de Lindo Quilombo. Quien haya visto la caravana no dudará. En las calles, de la nada y con pocos recursos, una multitud afiebrada hizo cultura.

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“El mercado genera productos, el pueblo hace cultura”, fue una de las frases que más resonaron.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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